¿Recuerdan que hace una semana el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska dijo esta frase?: “No es que alguien baje a por el pan y al volver encuentre su casa ocupada”.

Pues bien, un vecino de Málaga vuelver del trabajo y se encuentra su casa okupada: “Enseres dentro y la nevera llena”. Ha ocurrido en Puerto de la Torre, donde el domingo por la tarde los vecinos llamaron a la Policía Local porque vieron a dos personas entrando a la fuerza en casa de un vecino. 

Los agentes llegaron al tiempo que el propietario quien les contó que esa era su vivienda habitual, donde tiene sus pertenencias, pero que no estaba en la casa porque por trabajo tiene que salir de la ciudad con frencuencia. 

Los okupas llevaban poco más de una hora dentro de la casa por lo que la Policía intentó entrar con la llave del dueño de la casa, pero no pudieron porque los okupas había colocado un pestillo con cadena para que no se pudiera acceder a la vivienda. Los agentes insistieron identificándose, ante la falta de respuesta, entraron por la fuerza. 

Al entrar, la Policía pudo ver a los dos okupas, quienes habían cambiado los muebles de sitio y revuelto toda la casa, y pudieron constatar la versión del propietario al encontrarse la casa llena de sus enseres, ropa y fotos, incluso la nevera estaba llena.

En este ocasión, el final podemos decir que 'fue feliz', puesto que sólo hay que lamentar los destrozos de los okupas, a los que en una hora les dio tiempo a colocar dos cerrojos y revolver toda la casa, los agentes pudieron echarles de la casa y la vivienda fue devuelta a su legítimo propietario. Pero, ¿qué hubiera pasado si los vecinos no hubieran dado la voz de alarma? ¿Y si el dueño regresa al día siguiente del trabajo? Ahora mismo los okupas estarían protegidos, al pasar 48 horas desde la okupación, el propietario estarían viviendo su peor pesadilla con un largo proceso judicial en el que los individuos asegurarían ser vulnerables y, por tanto, intocables.