Ya explicamos en Hispanidad que la princesa Leonor haría el bachillerato en el UWC Atlantic College, en Gales. Lo de UWC significa Colegio del Mundo Unido, y hasta el Hola se ha apresurado a explicarnos que se trata de un internado global, internacional, multicultural y seguramente sostenible. Un punto similar al Hogwarts de Harry Potter.

Lo definimos como ‘New Age’ pero ya se sabe que, al menos en Occidente, la nueva era, al menos en el sistema educativo, significa masonería cursi, extraordinariamente cursi, donde aquellos adolescentes diversos cuyos papás pueden pagar 80.000 euros hacen las amistades necesarias y convenientes para su futuro.

Naturalmente, que de masonería hablamos, la educación de UWC es elitista, ilustrada y liberal. La futura Reina de España recibirá lecciones de cualquier cosa menos de religión. Son muy laicos y muy espirituales, lo que significa que se muestren comprensivos hacia cualquier credo menos hacia la única religión verdadera: el cristianismo.

Ha habido Borbones que se han rendido a los Hijos de la Viuda, como Carlos III, y otros que se han rebelado contra ellos: Alfonso XIII. Pero sólo Felipe VI ha decidido que su hija se eduque en un centro masoncete

Durante dos años, la princesa Leonor convivirá con todo tipo de razas, culturas y caracteres. Eso sí, ni con un solo pobre. Los menesterosos no forman parte de la multiculturalidad. No molan.

Como bien recordara Pablo Ferrer, en el mejor artículo periodístico sobre el ‘college’ del mundo mundial mundialmente unido, el fundador de esta red de aquelarres para millonarios es Kurt Hahn, una especie de Montessori teutón, cuyos seguidores enseñarán a la futura reina de España la igualdad de todos y todas -el todes está a punto de caer en alguna asignatura que sin duda financiará la ministra Irene Montero, con nuestro dinero-. Recuerden: la estupidez crece, sobre todo entre las élites. El UWC es una especie de Bilderberg en versión adolescente.

Sospecho, no lo sé, que cuando se gradúen todos los participantes pedirán por la paz en el mundo.

En materia educativa, el Rey Felipe VI es neutro mientras la Reina Letizia es progresista. En su momento la actual reina consorte -Leonor no será consorte, será reina- intentó destruir la formación cristiana del colegio Los Rosales, donde Leonor estudió primaria y secundaria.

Es más, tuvo que intervenir la institución, se supone que concretada en su esposo (¿O no?) para recordarle a doña Letizia que la educación de la futura Reina de España no le corresponde a ella, aunque sea su madre, sino a la Monarquía.

Gracias a que la institución aún estaba bajo la impronta de Juan Carlos I, un pelín golfo pero sabedor de la importancia de la fe cristiana en la Monarquía española, la princesa Leonor recibió la primera Comunión… a pesar de la oposición de su madre. Además, de esta forma, el Rey Felipe VI cayó en la cuenta de que la tolerancia está bien y la coherencia aún más. Incluso, la Princesa Leonor está confirmada. Algo es algo.

El UWC es una especie de Club Bilderberg en versión adolescente, con cierto parecido formal con el Hogwarts de Harry Potter

Ahora bien a partir de ahora, la futura reina de España se formará en un internado de filosofía masónica. Lo que no concilia con su papel, con su cargo ni con su rango, dado que los Hijos de la Viuda han sido los mayores enemigos de los Borbones. Entre los reyes de esta dinastía, han existido dos tipos de ejemplares: los que se han rendido a la masonería -por ejemplo, el modelo de Felipe VI, aquel aborregado ejemplar, Carlos III, o los que se han enfrentado a las logias, por ejemplo, Alfonso XIII. Pero hasta el momento, ningún monarca se ha enorgullecido de formar a su heredero en la masonería.

Si por lo menos el College de la princesa Leonor no resultara tan cursi, tan blandito, tan hortera…

Por cierto, el Hola, tras enviar a un equipo de fotógrafos -los famosos fotógrafos de Cámara- hasta Gales, en un copioso reportaje de ‘interés humano’, nos explica, a vuelta de página, los príncipes de la Generación Leonor. En cabeza: Nicolás de Dinamarca, que acaba de cumplir 22 años y ya se ha independizado. La independencia del princeso Nicolás, ojo al dato, consiste en que se ha ido a vivir a París con su novia, para continuar sus estudios… que es lo que hemos hecho todos los naturales, por ejemplo de Ventanielles, barrio bajo de la muy noble ciudad de Oviedo: con el dinero de papá nos hemos ‘independizado’, de papá y mamá, aunque no del dinero de papá y mamá. Y nos hemos ido mismamente a ‘Parí de la France’ para fornicar con nuestra novia del momento en armonioso ayuntamiento. De esta forma, el pequeño Nicolás -no confundir- se prepara para reinar en Dinamarca con una clara visión de la familia y de la independencia lograda con esfuerzo. Si llega a reinar, será un gran monarca de Dinamarca.

Como Leonor, futura Reina de España, gracias a colegios del mundo mundial mundialmente unidos.