No les gustaba la comida y decidieron amotinarse. Hasta 74 menas se sumaron al motín contra cuatro trabajadores de un centro de Valencia porque «no les gusta la comida», según denunciaron los propios empleados en el programa En Boca de Todos. Caso muy distinto al de la cárcel de Ceuta, donde se ha impuesto el menu halal, porque la mayoría de la población reclusa es musulmana. 

El centro, que acoge a decenas de menores extranjeros no acompañados, lleva tiempo siendo foco de quejas vecinales por los altercados y los problemas de convivencia que se producen en la zona. Algunos residentes aseguran que desde su apertura los disturbios se han vuelto habituales y piden a las autoridades una solución que garantice la seguridad tanto de los trabajadores como del vecindario.

Mientras se investiga el incidente, los empleados esperan poder volver a su puesto, pero temen represalias. «Nos están culpando de una situación que nosotros no provocamos. Sólo intentamos proteger a los menores y evitar que la violencia fuera a más».