Un Consejo: no hagan lo que, perdido en mi confusión connatural, la de periodista, he hecho yo: por motivos familiares no he podido seguir en directo la Eucaristía de inicio del pontificado de León XIV, celebrada en Roma en la mañana del domingo 18 de mayo, en la Plaza de San Pedro, y a partir de ahí he empezado a indagar por la red las crónicas de los medios informativos, incluidos, no se crea, todos ellos de derechas de toda la vida.

Y la verdad es que me ha alarmado. Luego he comprendido que mis queridos colegas no han podido sustraerse a la presión de este mundo (con minúscula, o sea el reino del Príncipe de este mundo) y han hablado de un Papa amigo de la fraternidad y del amor a todas las criaturas, empezado por el planeta tierra, un Papa que, esto ha sido muy repetido en los envíos, ha citado por dos veces al Papa Francisco (en efecto lo ha hecho, y en tono positivo... ¿esperaban lo contrario), que se ha referido al paradigma económico actual como flagrante creador de pobreza, etc, etc, etc.

El nuevo Papa pretende acabar con la era descrita por La Virgen María en Garabandal: obispo contra obispo. Encima asegura que no hay paz sin justicia y que sin paz espiritual, la violencia 'presencial' nunca terminará

Así que les recomiendo, por su bien, que vean, la Eucaristía completa o, al menos, la homilía completa (no llega a 12 minutos)

Lo primero, León XIV se dirigió a la Iglesia, no al mundo. Entre predicadores e inquisidores, siempre ha dicho que también  hay que tener en cuenta a estos últimos y no despreciarles porque el nombre guste poco en el siglo XXI.

Porque verán, León XIV ha optado en us primer homilía tra asumir le solio de Pedro por el papel de inquisidor. Sí, no se me escandalicen: los inquisidores no se preocupaban de los no cristianos sino que arremetían contra los cristianos heréticos o aquellos que decían tonterías. Otra osa es que al aliarse con el poder civil se pasaran dos pueblos.

Pues bien, León XIV también ha mirado hacia adentro: ha hallado más de la Iglesia que del mundo. Y no es mala táctica porque lo cierto es que si cuerpo Místico de Cristo funciona, el mundo funciona. Pero si la Iglesia anda en guerra civil, el mundo entero enloquecerá, Y esto no por orgullo de católico sino por el sano orgullo del cristiano que sabe que Dios es Señor de la Historia.

Se veía venir el soponcio progre, después de asegurar que la familia es la unión estable y duradera, formada por un hombre y una mujer y que la Iglesia esta obligada a decirle la verdad al mundo, aunque duela, no a agradar al mundo

Empezando por el final: este inicio de pontificado ha hecho temblar a muchos progresistas idiotas: no, no es una reiteración, hay progresistas, pocos, que no son idiotas. En cualquier caso: el mundo se ha echado a temblar este domingo de mayo: ¡Qué horror: nos ha salido un Papa católico!, han exclamado los nuevos masoncetes, esos que ahora se hacen llamar Nuevo Orden Mundial (NOM) y que han puesto en marcha la era de la Blasfemia contra el Espíritu Santo.

León XIV no se dirigió al mundo sino a la Iglesia: amor y unidad. Pero oiga: hablaba amor de Cristo y amor en Cristo... y, encima, unidad basada en la palabra y en la tradición. O sea: unidad, no sinodalidad.

Habló de fraternidad sí, pero hermanados por ser hijos de un mismo padre, Dios, no por la masónica armonía del universo, producto del dios-relojero ni por ese altruismo hortera propio de las ONGs.

Una unidad de la Iglesia que no procede del consenso sinodal, sino de obedecer los mandatos de Cristo, que son mandatos de amor y de consuelo. El tiempo de la confusión en la Iglesia, que ha llegado a su cenit con Francisco, podría haber terminado.

Hablando de unidad, el nuevo Papa pretende acabar con la era descrita por La Virgen María en Garabandal: obispo contra obispo. Es decir, con esa guerra civil en el Cuerpo Místico. Encima, en su homilía de principios de Pontificado aseguraba que no hay paz sin justicia y que sin paz espiritual la violencia 'presencial' nunca terminará.

Con ello no hacía sino referir la misma idea de San Juan Pablo II: no hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón. Otea vez, como en Aladino, la belleza está en el interior y ni la paz ni la justicia dependen de los poderosos del mundo -el Pontífice hablaba de 150 delegaciones presentes en esta eucaristía- sino de un hombre, de cada hombre, por humilde que sea, que se dirige, confiado, a Cristo, en oración.

Total que, tras las palabras del Papa, se veía venir el soponcio progre, después de asegurar que la familia es la unión estable y duradera, formada por un hombre y una mujer y que la Iglesia esta obligada a decirle la verdad al mundo, aunque duela y no agrade al mundo.

Lo de un hombre y una mujer, no lo soltó hoy pero sí en su audiencia al cuerpo diplomático, día atrás. Ahí comenzó a enervarse el Nuevo Orden. ¡¿Qué dices Robert?! Pues dice lo que siempre ha dicho la Iglesia y lo que siempre dijeron todas las culturas, todas las religiones, todas las ideologías, todas las escuelas, hasta que la locura entró en la historia, con el Tercer Milenio: que el matrimonio está formado por un hombre y una mujer, que son los que puede tener hijos de forma natural y por eso el Estado les protege. León XIV ha puesto en solfa a toda la ideología de género, y eso es grave.

León XIII habla de una fraternidad basada en la paternidad, es decir en Cristo, y en una verdad dictada por Dios, no votada por los hombres. Está claro que este Papa nos ha traicionado a todos los progresistas del mundo: ¡No te puedes fiar de nadie!

Lo más importante: León XIII habla de una fraternidad basada en la paternidad, es decir en Cristo, y en una verdad dictada por Dios, no votada. Está claro que este Papa nos ha traicionado a todos los progresistas del mundo: ¡Estamos perdidos! Santiago Martín ha profundizado en esta idea. León XIV ha planteado su 'programa de gobierno' pero no olviden que el enemigo está dentro y fuera y es poderoso. Desde luego, a muchos no les va a gustar.

Y luego... porque el futuro de la Iglesia y del mundo depende de la Eucaristía. Si hablamos de amor, la Eucaristía representa el mayor rasgo de amor de Dios a los hombres. Quiero decir, que nada de todo lo dicho hoy por León XIV, y hay mucho bueno, servirá de nada si la Iglesia no vuelve a vivir de Eucaristía. Dios es amor... y amor eucaristizado. Porque todos los males de la Iglesia y del mundo, que con tanto dolor ha resumido León XIV, se resumen en uno: la desacralización de la Eucaristía. Si eso no se resuelve y llegamos a la abominación de la desolación...

Pero, por de pronto, que al Nuevo Orden Mundial (NOM), a la masonería hoy imperante, con pocos rasgos en común con la masonería del pasado y cada vez más satanizada, ese appa les hay proporcionado un soponcio... pues a mi me mola. ¿Me mola in canti? Me mola in canti fraganti, tonanti y sonanti.

Señores esperar y ver. Por de pronto, nos merecemos una etapa de tranquilidad en el desayuno.