Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en la India, donde dos religiosas fueron detenidas durante varias horas tras ser arrastradas a la comisaría por una multitud de extremistas hindúes, que las acusaron de forzar conversiones al catolicismo por vestir su hábito religioso, informa Asia News.

En declaraciones a Asia News, el padre Anand Mathew, miembro de la Indian Missionary Society (Sociedad Misionera de India), dijo que el ataque ocurrió cuando Sor Gracy Monteiro y Sor Roshni Minj, de la Congregación de las Franciscanas Ursulinas, estaban en una parada del distrito de Mau, cerca del mediodía, a la espera del autobús que las llevaría a Benarés, Uttar Pradesh (India).

Según relató, el grupo de extremistas hindúes se acercó hacia un grupo de cristianos que se encontraban reunidos para participar en las celebraciones dominicales, atacaron a 50 de ellos y los forzaron a ir a la policía, tras acusarlos de forzar conversiones.

La persecución a las minorías religiosas en India, entre ellas los cristianos, ha aumentado desde que el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata obtuvo el poder en 2014, con miles de incidentes cada año, dijo la organización cristiana Open Doors. Además, acusó al partido gobernante de permitir que los extremistas ataquen a los cristianos con impunidad.

La comunidad cristiana denuncia esta violencia y estigmatiza los abusos y violaciones de la libertad personal y religiosa de las adolescentes

No lejos de allí, en Pakistán, la Iglesia denunció los matrimonios y la conversión forzada al islamismo de niñas menores de edad.

En un comunicado enviado a la Agencia Fides, la Comisión Nacional para la Justicia y la Paz (NCJP), órgano de la Conferencia Episcopal de Pakistán, pidió a las autoridades que tomen medidas legislativas concretas para poner fin a los matrimonios con fines de conversión forzada al islamismo.

El texto recuerda que cada año en Pakistán más de 1.000 niñas hindúes y cristianas, es decir, pertenecientes a comunidades religiosas minoritarias, son víctimas de secuestros y conversiones forzadas mediante matrimonios forzados.

La comunidad cristiana denuncia esta violencia y estigmatiza los abusos y violaciones de la libertad personal y religiosa de las adolescentes. La declaración critica la resistencia del gobierno a aprobar dicha legislación.

En la nota, el obispo Samson Shukardin, presidente de la Comisión; el padre Emmanuel Yousaf (Mani), director nacional; y Naeem Yousaf Gill, director ejecutivo, instan al gobierno federal a adoptar "una posición lógica y legal de acuerdo con sus obligaciones internacionales y las disposiciones constitucionales de protección de los derechos de las minorías". "Las niñas víctimas de esta violencia se enfrentan al trauma de la separación de sus padres y sufren abusos físicos, mentales y emocionales. Los padres de las niñas son amenazados e inducidos a guardar silencio. El delito de conversión forzada implica múltiples violaciones de los derechos humanos, como la libertad de religión y los derechos humanos fundamentales", señala la declaración de la Comisión.

La acción de los obispos católicos se une a la de varias organizaciones internacionales, como la ONG ‘ADF International’ (Alliance Defending Freedom), que ha publicado una carta abierta en la que pide que se proteja a las niñas de las minorías religiosas de los horrores del secuestro y el matrimonio forzado por parte de los musulmanes.

La organización recuerda, entre otras, la historia de Maira, de 14 años, que escapó de un matrimonio forzado. Maira, secuestrada y obligada a casarse y convertirse al islam, huyó de su captor y ahora vive escondida, mientras sus abogados han pedido al tribunal que anule su certificado de matrimonio.

El Papa reconoce el heroísmo y la entrega por amor a Cristo de los misioneros que acudían a fronteras peligrosas sabiendo que podían ser asesinados por indios violentos

Y nos vamos a Argentina. Dos misioneros españoles fueron asesinados por indios caníbales en octubre de 1683 en el Valle del Zenta (actual Argentina), y el Papa Francisco acaba de reconocer su muerte como motivada por el odio a la fe, por lo que serán proclamados mártires y beatos, para alegría de la diócesis de Nueva Orán, que los celebrará como sus santos propios, recoge Religión en Libertad.

Se trata de Pedro Ortiz de Zárate, que había sido rico y alcalde y se fue de misiones con 60 años, y Juan Antonio Solinas, veterano de las guerras jesuitas y guaraníes contra los esclavistas portugueses.

Un día después de celebrarse la fiesta de la Hispanidad y sus tradicionales debates sobre el papel de España en la construcción de Hispanoamérica, el Papa reconoce el heroísmo y la entrega por amor a Cristo de los misioneros que acudían a fronteras peligrosas sabiendo que podían ser asesinados por indios violentos, recuerda Religión en Libertad.

El sacerdote diocesano Ortiz de Zárate y el jesuita Solinas se encontraban evangelizando a las poblaciones indígenas del Valle del Zenta, cuando fueron masacrados y decapitados por los indígenas Tobas y Mocovíes, el  27 de octubre de 1683, añade Aciprensa.

El martirio de estos dos sacerdotes fue reconocido mediante decreto este miércoles 13 de octubre por el Papa Francisco tras reunirse en el Vaticano con el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro.