Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Honduras, donde el miércoles de ceniza fue asesinado a tiros el sacerdote hondureño Enrique Vásquez Cálix, director diocesano de Obras Misionales Pontificias (OMP) de San Pedro Sula. Su obispo, el misionero español monseñor Ángel Garachana, había advertido de su desaparición por la mañana, y confirmó su fallecimiento desde la morgue por la noche. A través de Radio Luz, Garachana emitió un mensaje tras conocer la triste noticia. “Una vez más la sangre empapa nuestra tierra”, afirma en él.

José María Calderón, director de OMP España, ha enviado un mensaje de condolencia a monseñor Garachana, obispo de San Pedro Sula; y al padre Bernardino Lazo, director de OMP Honduras: "Nos acabamos de enterar del asesinato de su Director Diocesano de las OMP. ¡Lo siento una barbaridad! Y prometo oraciones por él y su familia.

Me uno a su dolor y, con sinceridad, pido al Señor que no ocurran cosas de estas. La muerte es una tragedia siempre, pero cuando la muerte la provoca la maldad del corazón…

Que Dios le siga animando y fortaleciendo y que la paz sea una realidad en toda Honduras, donde hay a veces mucho sufrimiento injusto e irracional".
 
Este lamentable suceso sucede precisamente en vísperas de la Jornada de Hispanoamérica, que se celebra en España el próximo domingo 6 de marzo. San Pedro de Sula es uno de los 1.116 Territorios de Misión que dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Un religioso de Ucrania: “Hay personas que han venido a confesarse por primera vez en su vida, y ancianos y enfermos nos llaman para que acudamos a sus casas a confesarlos”

En Ucrania, tras el comienzo de la guerra, reina una mezcla de incertidumbre y miedo, informa Magda Kaczmarek, responsable de los proyectos para Ucrania de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), informa ACN.

Los principales obispos del país han pedido que la gente no abandone Ucrania. Se trata de una decisión difícil, especialmente para los sacerdotes de la Iglesia greco-católica que están casados y tienen hijos. “Temen menos por su propia vida que por la seguridad de sus hijos y familias”, explica Kaczmarek.

El Hno. Paulino Román Laba, sacerdote católico de Browary, suburbio a unos diez kilómetros de la capital Kiev, ha comunicado a ACN en un mensaje de vídeo que siete personas murieron y unas 17 resultaron heridas en el primer ataque con misiles contra la ciudad a las cinco de la mañana del jueves. En total han sufrido siete ataques de misiles, ha señalado. Como consecuencia, muchas personas han abandonado la ciudad y han huido al oeste del país.

Desde el sureste de Ucrania, el Hno. Vasyl, desde un pueblo cercano a Mariúpol, ha comunicado a ACN: “No tenemos tiempo para tener miedo. Nosotros nos quedaremos y ayudaremos a la gente a superar esta situación”.

La amenaza y el miedo a una nueva escalada aumentan a cada hora, y esto también se refleja en la actitud de la gente, informa el Hno. Vasyl: “Hay personas que han venido a confesarse por primera vez en su vida, y ancianos y enfermos nos llaman para que acudamos a sus casas a confesarlos. Quieren estar preparados para la muerte, si se llega a eso”.

Actualmente, además del acompañamiento espiritual, el Hno. Vasyl se ocupa con la ayuda de unos laicos de evacuar a los niños de familias vulnerables y ponerlos a salvo en el campo de Ucrania central. “Los niños están traumatizados porque ya ha habido bombardeos en la zona, y nosotros los estamos tranquilizando, diciéndoles que necesitan irse para descansar”, informa el Hno. Vasyl.

Miles de cubanos, entre ellos líderes eclesiásticos, salieron a las calles el 11 de julio para pedir democracia y reformas económicas

Nos ocupamos ahora de la dictadura cubana, porque los cinco relatores especiales de la ONU expresaron a aquella su preocupación por «la detención, la posterior desaparición forzada a corto plazo, los malos tratos y el enjuiciamiento» del pastor protestante, que fue detenido mientras participaba en protestas pacíficas en julio.  La carta se hizo pública después de que el gobierno cubano no respondiera tras 60 días, recoge Puertas Abiertas.

Miles de cubanos, entre ellos líderes eclesiásticos, salieron a las calles el 11 de julio para pedir democracia y reformas económicas. Las repercusiones fueron inmediatas y violentas. La policía y la seguridad golpearon a los manifestantes y detuvieron a cientos de personas, entre ellas muchos pastores.

El pastor Fajardo fue trasladado a una prisión de Santiago de Cuba y permaneció incomunicado durante semanas. Compareció ante el Tribunal Justo antes de Navidad y se enfrenta a la posibilidad de una condena de 10 años de prisión por «falta de respeto», «agresión», «incitación criminal» y «desorden público». Su esposa, que fue el único familiar a la que se le permitió asistir a la vista, dijo que había sido un «espectáculo» en el que la fiscalía no aportó ninguna prueba de los delitos de los que se acusaba a su marido.

Después de una ausencia de 10 años, Cuba volvió a aparecer en la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas de este año. Especialmente tras las protestas de julio, «el régimen dictatorial intensificó su acción contra todos los líderes y activistas cristianos que se oponen a los principios comunistas», señalaron los analistas de la investigación de la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas.  

Muchas personas están muriendo cada día por ser cristianos

Y el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia compartió recientemente el testimonio de Benjamín, un joven cristiano perseguido que huyó de Irán a Europa, y que revela el sufrimiento de los conversos en ese país de mayoría islámica, recoge Aciprensa.

Benjamín, de 22 años, señaló que Irán “es una dictadura. Todo allí es dictatorial”. “Cuando me convertí de musulmán a cristiano, cuando comprendí verdaderamente a Dios, la policía coránica de Irán hacía de mi vida un infierno. Si no te matan, te ponen multas y te obligan a pagar mucho dinero con multas y castigos. Si no las pagas, te meten en prisión y allí vuelven a hacer de tu vida un infierno, te pegan”.

“No tienes vida solo porque cambiaste de religión”, recordó. El joven denunció que “en Irán la Biblia está prohibida. Si tienes una Biblia, y la policía coránica te la ve, te la quita”. “Irán es un país rico pero la gente no es feliz. Si yo volviese a Irán me matarían”, indicó.

Benjamín aseguró que “yo no creo en el islam porque es falso. Eso no es de Dios. Por eso me han denunciado muchas veces en Irán y me han perseguido”. “Y por eso me tuve que ir como refugiado a otro país, porque ya no podía seguir viviendo en Irán. Tuve que pagar mucho dinero en multas y hacían de mi vida allí un infierno”, dijo.

El joven también recordó su proceso de conversión, que comenzó cuando vio en muchas películas “que se hablaba de Jesús y se le rezaba a él, no a Alá”. Así, empecé a preguntarme quién era Jesús y quién era realmente Dios”, señaló.

“Después, en el conservatorio de Teherán, donde tocaba el piano, mi profesora era cristiana. Vi una Biblia en el despacho de mi profesora y le dije que tenía una gran pregunta en mi cabeza, que necesitaba que me diese información sobre Jesús”, indicó.

Benjamín señaló que al principio su profesora “no me dijo nada, porque en Irán, si la policía se entera de que un profesor está tratando sobre este tema, le detienen”. “Pero después ella entendió que yo tenía mucho amor hacia Jesús, y me enseñó todo sobre Jesús. Me dio una Biblia y cada día me enseñaba un poco más. Jesús vino directamente a mí”, aseguró.

Luego, Benjamín señaló las dificultades que experimentó al compartir su conversión con su familia. “Cuando dije en mi familia que era cristiano, fue una locura, muy estresante. Todo el mundo en mi familia se mofaba de mí. Me decían si era una broma, que Jesús no era el verdadero Dios. Yo respondía que no, que Jesús sí era el verdadero Dios”, recordó.

“Mi familia se enfadó conmigo y dejó de hablarme. Hasta pasados uno o dos años, no volví a tener contacto con ellos”, lamentó. Benjamín aseguró que “hay muchos cristianos en Irán, pero tienen miedo de decir que lo son, ya que si la policía les descubre les mata o les encarcela”.

“Muchas personas están muriendo cada día por ser cristianos. La gente tiene que ser libre para vivir. Solo les pediría a los gobiernos que les ayuden”, expresó.