Misioneros y seminaristas en Ruanda Bururundi
Los cristianos de Egipto, llamados coptos, han llorado a sus mártires a lo largo de los siglos. Y en nuestra época actual siguen llorando la pérdida de los suyos a manos de radicales islamistas y terroristas que les tienen en el punto de mira por ser una de las minorías religiosas más importantes de la región. Uno de estos mártires es el sacerdote copto ortodoxo Samaan Shehata, que fue golpeado y apuñalado hasta la muerte, hace ahora dos años, en la periferia sur de El Cairo, por un conocido extremista musulmán, informó Ayuda a la Iglesia Necesitada.
La agresión se llevó a cabo mientras estaba en compañía de otro sacerdote copto, el padre Ezbet Girgis. Los dos religiosos bajaron del vehículo en el que viajaban y se encontraron esperándolos con un hombre que extrajo un gran cuchillo con el que atacó al padre Shehata. Murió en la calle. También el segundo sacerdote copto fue atacado. El agresor huyó pero fue finalmente detenido por las fuerzas de seguridad egipcias.
La violencia y los ataques contra las iglesias coptas y la comunidad cristiana de Egipto ha vivido entre 2016 y 2017 uno de los peores periodos de ataques y atentados. Tras la muerte del padre Shehata, el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sissi decidió extender por tres meses el estado de emergencia.
Los cristianos coptos representan entre el 8 y el 10 por ciento de la población en Egipto, y han sido el objetivo en los últimos años de grupos salafistas y yihadistas, entre ellos el autodenominado Estado Islámico, que opera en el país, sobre todo en la región del Sinaí.
Pero seguimos en África, concretamente en Ruanda, donde el reverendo Gregg Schoof, un misionero estadounidense, ha sido deportado después de acusar al gobierno de tomar una "posición contra Dios con sus prácticas paganas", informa The Christian Post.
Citando una declaración de la Dirección General de Inmigración y Emigración de Ruanda, el principal diario de Ruanda, The New Times , dijo que Schoof fue deportado después de ser declarado "inmigrante prohibido".
Antes de su deportación el lunes, Schoof y su familia habían estado sirviendo en Ruanda por poco más de 16 años. Él y otros pastores evangélicos han criticado al gobierno de Ruanda por permitir el acceso al aborto y el control de la natalidad. “No vine aquí para luchar contra el gobierno. Vine a predicar el Evangelio ”, dijo Schoof. "Pero este gobierno se ha puesto en contra de Dios con sus prácticas paganas".
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, dijo el año pasado que estaba conmocionado por la gran cantidad de iglesias en su nación del este de África y que ha estado tomando medidas enérgicas contra ello, informó Associated Press.
La mayoría de las iglesias que fueron cerradas eran pequeñas casas de oración pentecostales en las que los predicadores difundían el controvertido evangelio de la prosperidad a los seguidores empobrecidos.