Decíamos ayer que Ayuso ha respondido a los ataques sanchistas a la universidad privada con la creación de un Distrito único de prácticas para que ningún estudiante se quede sin plaza.

Hasta ahí todo bien. Y, en el mismo desayuno, de Nueva Economía Forum, la presidenta madrileña critica las «políticas educativas» de Sánchez, calificándolas de "pura ingeniería".

Pero ocurre que, por otro lado, el partido que lidera en Madrid Ayuso, quien remarcó que seguirá apostando por una educación «libre, plural y de calidad» frente al Ejecutivo central, sin ir más lejos, la semana pasada vetó en la Asamblea a la profesora amenazada por pedir acabar con el velo islámico en las aulas. Por cierto que la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino ya ha anunciado que volverán a invitar a la profesora Elena Ramallo. 

 

Por otra parte, respecto a las charlas de activistas de género en los colegios, recordamos casos como el de un centro de Boadilla en el que los padres se negaron a que sus hijos tuvieran que escuchar el adoctrinamiento de COGAM (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid) para 'sensibilizar' a sus "hijos, hijas e hijas", contra la LGTBIfobia y la Consejería de Educación de la CAM determinó que, tras realizar las pertinentes investigaciones, el servicio de Inspección Educativa de la Comunidad, insistió al centro que esas charlas son curriculares y, por tanto, obligatorias para todo el alumnado.