"Y Dios les abrió el Cielo". Es el título de un libro de lo más pertinente: recoge las últimas palabras de muchos católicos españoles que fueron asesinados por los republicanos, por su exclusiva condición de cristianos, durante la II República y posterior Guerra Civil de 1936-1939. En lo políticamente correcto, "los mártires de la década de los años treinta del pasado siglo".

Como siempre, sobre el martirio hay que hacer una precisión: el mártir no quiere morir, le matan. Tampoco quieren morir matando, sino perdonando. En este libro se ve cómo muchos de ellos ruegan por sus verdugos y piden a los suyos que renuncien al rencor. Es decir, su confianza en Cristo, o sea, su fe, les llena de esperanza

Muchos de ellos murieron rezando por sus verdugos y pidiendo a los suyos que renunciaran al rencor. Es decir, su confianza en Cristo, o sea, su fe, les llenaba de esperanza

Por último, el mártir es un tipo prudente: sabe que no pasa nada por perder esta vida, pero sí que pasa cuando en esta vida traicionan a Cristo. Sensato, no loco; lógico, no arrebatado.

Digo que el libro es pertinente porque caminamos hacia el Centenario de la II República española, probablemente el periodo de la historia reciente de España sobre el que más se ha mentido, incluso en foros académicos. Por decirlo en breve: los "demócratas" republicanos no eran tales, eran marxistas, más o menos disfrazados -menos disfrazados que hoy-, de distintas tendencias, aunque con un poso ideológico común: el odio de la lucha de clases. 

Ahora bien, en lo único que coincidían todas esas tendencias era, curiosamente, en lo mismo que coinciden hoy todas los grupos políticos que hicieron presidente, y han conservado en la Presidencia del Gobierno, a Pedro Sánchez Pérez-Castejón: su cristofobia.

El Frente Popular de 1936 estaba formado por grupos muy distintos, que sólo tenían en común su cristofobia. Exactamente como la pléyade de grupos que hoy mantienen a Pedro Sánchez en el poder

La aversión a todo lo que huela a Cristo es lo único en lo que coinciden personajes como Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, Irene Montero, Ada Colau, Gabriel Rufián, Arnaldo Otegui, etc., etc., etc. Por eso personajes tan distintos se unen para mantenerse en el poder.

Ya saben: cuando odias a Cristo acabas por despreciar al hombre. 

Un libro pertinente, también, porque se está reescribiendo la historia de la II República. Es más, se está escribiendo al revés: los verdugos se convierten en víctimas y las víctimas en verdugos. Las últimas palabras de los mártires españoles, que no fueron asesinados por unos incontrolados, sino por un régimen, que por muy democrático que fuera llevaba dentro la semilla del diablo, nos muestra lo que realmente ocurrió, la verdadera historia. Un libro que merece la pena leer.