Xi Jinping, dictador de la República Popular China
Religión en Libertad recoge una información de Asia News sobre la carencia de libertad en la China comunista que es muy reveladora.
En la China comunista se aplica el ‘guanzhi’, consistente en una restricción de movimientos que ejerce la Policía china sobre personalidades a las que quieren tener "muy controlados", impidiéndoles ir a donde quieran, bloqueando sus actividades y obligándoles a acudir a sesiones de adoctrinamiento ideológico. Les impiden contactar con parientes o amigos.
Explica la agencia misionera AsiaNews que la ley china permite el guanzhi durante 3 años, sin necesidad de presentar cargos por ningún delito ni acusación concreta. Pero en el pasado, cuando la Policía ha aplicado el guanzhi a sacerdotes católicos de las comunidades clandestinas -y también a pastores de comunidades protestantes-, después de separar a los pastores de sus fieles, ha sucedido en ocasiones que desaparecían para siempre, o aparecían muertos años después.
La agencia AsiaNews denuncia que ahora se está aplicando el guanzhi -esta combinación de restricción de movimientos y de sesiones de adoctrinamiento- a 10 sacerdotes de las comunidades católicas clandestinas de Baoding, en la región de Hebei. Algunos desaparecieron en manos policiales en enero, y otros 4 hace poco, entre el 29 y 30 de abril.
Muchos familiares de los sacerdotes desaparecidos acudieron a la policía de su pueblo para pedir información o encontrar una forma de comunicarse con ellos, pero nadie les dio información sobre ellos ni su paradero
Muchos familiares de los sacerdotes desaparecidos acudieron a la policía de su pueblo para pedir información o encontrar una forma de comunicarse con ellos, pero nadie les dio información sobre ellos ni su paradero. Además, sacerdotes clandestinos que siguen aún en libertad temen que vayan también a por ellos.
En la región de Baoding son numerosos los católicos clandestinos. En total, hay medio millón de católicos si sumamos las comunidades clandestinas y las registradas por el régimen.
Su obispo, Jaime Su Zhimin, lleva al menos 25 años en manos de la policía y antes pasó más de 40 años de trabajos forzados en la época de Mao Zedong. Los fieles de Baoding también piden que recen por él.
También piden oración por otro sacerdote, Liu Honggeng, rector del santuario de María Reina de China, que lleva 7 años en prisión y antes ya pasó otros 8.
Recientemente, el vicario del obispo Su, Francisco An Shuxin, accedió unirse a los organismos de la iglesia oficial controlada por el régimen comunista, lo que dividió a las comunidades católicas clandestinas sobre el trato que deben tener con este vicario, que debe informar a las autoridades comunistas de lo que conoce.
En septiembre de 2018, el Vaticano y el Gobierno chino llegaron a un acuerdo que trata sólo sobre la ordenación de nuevos obispos, pero en China las autoridades lo utilizan para exigir a todos los sacerdotes que se afilien al Partido Comunista o sus organizaciones filiales y así integrarse en las comunidades oficiales supervisadas por el régimen. El acoso con este tipo de detenciones y reeducación, el guanzhi, es el castigo para los clérigos que no ceden, recuerda Religión en Libertad.