La realidad es tozuda y demuestra una vez más que la cultura hace a las personas y como tal, la honorabilidad y el valor de la palabra tiene mucho que ver con todo esto de los orígenes culturales. Me refiero como es lógico a lo que han mal llamado crisis humanitaria de nuestras fronteras con Marruecos, donde un Mohamed VI, desalmado, cobarde y vengativo, muestra su lado más oscuro lanzando a almas desesperadas contra las fronteras ceutís dispuestas a todo por sobrevivir.

La cultura no se limita a saber escribir y leer, ni tan siquiera a ciertos gustos refinados por el arte. La cultura es un valor profundo que nos define como personas en los momentos extremos, en las situaciones sutiles, en el honor personal. Es aquello, la cultura, lo que nos hace ser lo que somos con el respaldo de las generaciones que nos han precedido y que son el adalid de nuestra existencia, donde la religión, la historia de nuestros antepasados y el idioma forman un enorme castillo interior del que en ocasiones no somos ni conscientes, o al menos lo tratamos con la irresponsabilidad de la ignorancia.

En este sentido, el rey marroquí ha dejado una profunda huella con este comportamiento hosco y salvaje. Un comportamiento con el que este señor, al que se le presupone ser luz y representación de una cultura teocrática -distinta a la nuestra pero que debe ser respetada-, la ha convertido en algo despreciable y con ello a todo el pueblo que representa. Pero si el representante de un país llega a estos términos, no es por motivos sólo personales. Es porque se le mima casi incomprensiblemente. Le masajean los lomos las máximas autoridades internacionales y los vecinos inmediatos, es decir, España. ¿Se acuerdan de cuando nuestro Juan Carlos I contaba, tan campechano él, que se llaman primos entre sí?

La cultura es un valor profundo que nos define como personas en los momentos extremos, en las situaciones sutiles, en el honor personal. Es aquello que nos hace ser lo que somos

Una vez más se demuestra que la hermandad europea de los países miembros es una falacia revestida del postureo de gente guapa y corbata guay. Una asociación a la que, además de aguar la identidad de los pueblos, solo le interesa el dinero porque sus recetas siempre son dar y recibir, olvidando aspectos tan fundamentales como la defensa de una cultura judeocristiana común y los perímetros geopolíticos que formamos entre todos.

España, en 2019, envío a Marruecos 30 millones de euros para tratar de frenar la inmigración irregular, algo que desde luego me parece perverso y que para mayor inri te hace cómplice de que tu país vecino, amigo, socio -llámelo como quiera-, chantajee con vidas humanas. Pero ojo, porque estos pagos no son unilaterales de España, porque ese dinero se suma a otros tantos millones de euros que la Unión Europea tiene previstos todos los años. ¿En serio, somos esa comunidad europea, en la que aborrecemos la esclavitud pero permitimos que otros utilicen vidas humanas y que paga para que no nos molesten en la frontera? Sí, somos una comunidad puritana, que se define por adoptar cualquier postura sin principios y que se amolda a las circunstancias para evitar el qué dirán.

España es miedosa -y progre-, totalmente abducida por el buenismo cobarde que nos impide decir lo que es sí y lo que es no cuando se debe decir. Pedro Sánchez se ha encontrado de sopetón con que esto de gobernar te hace decir más veces no que sí, al contrario que en la oposición, que todos son muy gallitos y prometen esperanzas, derechos y dinero porque no tienen nada que perder. A Sánchez se le acabó el chollo de la pandemia y le toca gobernar de verdad, con problemas de verdad, con decisiones que desde la hemeroteca le contradicen un día sí y otro también. Ahora, nuestro presidente dice que aplicará la máxima firmeza y defenderá la integridad territorial de España, así como la seguridad de los compatriotas, con todos los medios necesarios. Pero la realidad es que esa “firmeza” y la “defensa de España” se traduce en que el Gobierno, en el Consejo de Ministros de este martes 18 de mayo, ha aprobado una ayuda de 30 millones de euros para enviar a Marruecos y contribuir al necesario despliegue policial contra la inmigración. ¿Contribuir al necesario despliegue policial contra la inmigración…? ¡En fin…!

Justo en las puertas de este grave conflicto, el mismo Joe Biden del que Yolanda buscaba complicidad política, ha anunciado que no tiene intención de revertir el apoyo de su país a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental

¿Recuerdan las palabras emocionadas de Yolanda Díaz sobre el presidente estadounidense? Yo se lo recuerdo: Esta ley -‘riders’- cambia el signo de los tiempos. Joe Biden, presidente de Estados Unidos, quiere legislar en el contexto que lo hace hoy el Gobierno. España se convierte en la vanguardia mundial en la legislación en esta materia. Pues sin ir más lejos, justo en las puertas de este grave conflicto, el mismo Joe Biden, del que Yolanda buscaba complicidad política, ha anunciado que no tiene intención de revertir el apoyo de su país a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, algo que también dejó claro el anterior Gobierno de Donald Trump… concediendo la ventaja de la principal potencia mundial al país norteafricano en el contencioso saharaui. ¿Y Pedro Sánchez? ¡A callar!

Pero no se preocupen que todo está controlado, porque mientras esto sucede, la ministra de Asuntos Exteriores, María Aránzazu González Laya, «Arancha» para los amigos, está tan preocupada con todo este conflicto de fronteras que ha hecho rular una circular "prioritaria" al cuerpo diplomática para que a lo largo de junio se celebren en la red de centros culturales de España la segunda edición de ‘Armarios Abiertos’ centrada en el colectivo LGTBI en Iberoamérica. Pues eso, al pan, pan; y al vino, vino, que diría un castizo.

El islam en el siglo XXI (Encuentro) de Fernando de Haro. Un periodista inquieto por los problemas de calado de la actualidad, no solo los que aparecen en la superficie emocional de las noticias, ha trabajado a fondo sobre el islamismo, su cultura, sus objetivos y lo que supone para una Europa acobardada de sus raíces el avance islámico de forma tan clara y sin filtros. En este libro-entrevista al islamólogo Samir Khalil Samir, experto mundial, explica que el mundo del islam es una realidad mucho más compleja de lo que los españoles y los europeos en general percibimos habitualmente.

Geopolítica de los islamismos (Rialp) de Anne-Clémentine Larroque. Tras las revoluciones árabes surgidas desde finales de 2011, el planeta entero contempla los movimientos islamistas como las nuevas líneas de fuerza emergentes en el mundo musulmán. Esto supone que España pasa a ser primera fila de choques en una convulsa etapa que no solo puede resolverse con dinero o amiguismos. La autora es historiadora, experta en el mundo árabe y profesora de Política internacional.

La huella morisca (Almuzara) de Antonio Manuel. Ante este conflicto, no debemos dejarnos llevar al todo por la parte. No debemos permitir que el recelo hacia el mundo musulmán del que poseemos un ingente legado cultural procedente de su presencia entre nosotros, y que influye más de lo que pensamos o tendemos a admitir en nuestra mentalidad y costumbres. Merece la pena ponerse al día para no caer fácilmente en fundamentalismos patrióticos o religiosos. El autor de este libro es doctor en Derecho y profesor de Derecho Islámico.