El Gobierno no se termina de aclarar. Por una parte, anuncia un recorte en la inversión pública de infraestructuras de acuerdo con el plan de austeridad. Este mismo miércoles, Zapatero anuncia una rebaja del 13% en las inversiones de Fomento para los próximos dos años. Pero al mismo tiempo, se anuncia un plan de infraestructuras de 17.000 millones. Es verdad que la mitad no es para inversiones sino para mantenimiento y que el 20% será aport ado por el sector privado. Pero en el fondo, no deja de ser un peaje en la sombra, o sea, un bono con cuatro años de cadencia.
Desde Economía se afirma que el plan de infraestructuras se ha diseñado respetando escrupulosamente la normativa comunitaria. Pero la realidad es que la policía no es tonta. Bruselas tampoco. Y puede que empiecen a tirarnos de las orejas ante estos permanentes viajes de ida y vuelta donde se aprueban planes de austeridad con una mano y al día siguiente con la otra se vulneran con un poco de creatividad contable.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
