Sr. Director:
Sr. Rajoy, se le escapan las mejores, las mejores contestaciones que podría dar cuando se le pregunta sobre temas importantes, como por ejemplo: ¿que haría usted si ganara las próximas elecciones con la Ley del Aborto?

 

Entonces en ese momento usted saca su vena gallega y contesta como aquella obra de teatro de hace unos años cuyo título era ni pobre ni rico, sino todo lo contrario, de Miguel Mihura, algo que no compromete a nada y que no pone en peligro los votos, ¡porque los votos son los votos!

Cada día que pasa estoy más convencida que las palabras de todos los políticos no son sinceras, porque lo que les interesa decir lleva la intención de arañar el voto del lado que puedan. Y claro, con la Ley del Aborto se la juegan. En el caso suyo Sr., Rajoy, si dice que la derogaría quizás perdiera los votos de esa izquierda indecisa que no está contenta con el inefable Zapatero. Y eso, a usted no le conviene, pero debe pensar que si habla en términos poco claros los votos que va a perder son los de los suyos entre la que me encuentro.

Hay que ser claro y hay que dar la impresión que se está en política para hacer un país con leyes mas justas y con valores más dignos, pero si se es político por afición o por situarse, eso más tarde o más temprano se nota. Y usted con la profesión civil que tiene estaría más que situado. Hable con claridad y defienda cuanto haya que defender aunque pierda esos votos que le parece tan necesarios, pero no trate de darnos una de cal y otra de arena.

Yo siempre he votado a su partido, pero últimamente no lo estoy viendo tan claro y como no me gusta ninguno siempre me quedará el voto en blanco, así ejerceré mi obligación de ciudadana y no doy mi voto para que muchas cosas sigan igual. ¡Piénselo Sr., Rajoy!, que como yo, hay muchos que piensan igual.

Piedad Sánchez de la Fuente