Menos mal que la sensatez se abre camino
Sólo saldremos de la crisis actual -que es financiera- cuando dejemos quebrar a los bancos quebrados y a las deudas soberanas quebradas. En algunos casos, como el irlandés, no olvidemos que los países quiebran por no haber dejado quebrar a sus bancos quebrados.
El artículo del profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez, ejemplifica, con el caso islandés, la burbuja en la que nos hemos metido. Que no, que cuando salvamos a un banco con dinero de los contribuyentes estamos salvando al rico a costa del pobre. Y cuando salvamos a la deuda soberana de un país, estamos utilizando el dinero de todos para salvar a los inversores, que no son pobres. Ni tan siquiera salvamos a los inversores patrios, sino a los foráneos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com