A ZP no le gusta el rebufo de la sentencia del 11-M y quiere recobrar la iniciativa: se esperan detenciones en breve

La frase de Rajoy sobre la ausencia de autor intelectual no gustó en Moncloa. La teoría de la conspiración no caló en el electorado socialista, pero esa frase maldita sí. El exquisito olfato político de ZP le dice que puede perder la iniciativa, y que la firmeza con los violentos no le va ganar el PP. Dicho y hecho: ha dado orden a su fiel Rasputín, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para que detenga etarras, o ayudantes de etarras, o lo que sea. No se asusten: es sabido que las detenciones de terroristas pueden hacerse en un momento o en otro, porque aunque se tenga localizado al etarra siempre se puede tomar la decisión de esperar a descubrir a sus cómplices… O a que resulte políticamente interesante. Por ejemplo ahora.

ETA debe volver a protagonizar todas las portadas y para que el 11-M, de una vez por todas, pase al recuerdo, porque en 2004, ZP venció gracias al 11-M, pero ahora el efecto podría volverse contra él.

Entre Ceuta y Melilla y la mano dura con ETA, ZP pretende arrebatarle al PP el monopolio del patriotismo y la firmeza en defensa de la unidad de España. Y hasta podría conseguirlo.