Las amenazas del colectivo gay contra Hispanidad continúan. Eso sí, continúan desde el anonimato. Hoy he recibido esta preciosa misiva, naturalmente sin identificar, donde poco menos que se me hace responsable del posible suicidio de una adolescente. Naturalmente, sólo en defensa de los adolescentes, el comunicante -o sea, comunicantes del lobby gay, convenientemente financiado por ayuntamientos y comunidades autónomas- advierte que proseguirá su campaña de amenazas a las empresas que se anuncian en Hispanidad, con el humanitario objetivo de asfixiar económicamente a este medio informativo.

Por si fuera poco, el matón anónimo cita a Hazteoir, una página web a la que los gays no sólo han amenazado e intentado extorsionar como a Hispanidad, sino que incluso han agredido físicamente. Pasen y vean: así opera la dictadura gay.

Lean ustedes la carta (por toda identificación, lleva el irreconocible correo amoreamore900@hotmail.com, muy propio). Luego pueden hacer lo propio con la respuesta:

Sr Director Eulogio Lopez,

Como imagino que no leerá este e-mail en su totalidad, intentaré ser breve.

Soy ingeniero Químico y nací y vivo en Madrid. Hoy me he sentido realmente herido cuando he leido los comentarios hechos por ud. y por sus colaboradores. Realmente no me he sentido herido por mi persona, porque yo ya soy un adulto con las ideas muy claras y sé que al igual que hay unos pocos que piensan como ud, podemos estar contentos porque la mayoría no lo hace.

El problema es que hoy, justo hoy, he conocido a Pilar. Una niña de 17 años, dulce, amable, educada. Una amiga pensó que sería bueno que la conociese debido a que soy homosexual y la niña estaba teniendo problemas sobre su sexualidad.

La niña está aterrada, tiene miedo a mostrarse tal cual es, está enamorada (como todos a su edad) de una compañera de clase pero gracias a gente como usted vive pensando que es un monstruo. Cree que si vive su vida con normalidad y da a conocer su orientación sexual, gente como ud moverán a más gente no muy inteligente que la criticarán y darán de lado.

Su vida será bastante dura teniendo que enfrentarse a un mundo lleno de competitividad laboral, precios de viviendas por las nubes, drogas y alcohol al alcance de su mano, para que encima por algo tan normal hoy en día como es la homosexualidad, todavía tenga que estar pensando en el suicidio porque no para de sufrir la presión que ud, indirectamente, ejerce sobre ella.

Imagine que Pili es su hija, que la presión ya no es tan indirecta y que tiene que ver en su propio padre el dedo acusador y ella, harta de fingir lo que no es, se suicide como, desgraciadamente, ha ocurrido con demasiada frecuencia en adolescentes homosexuales.

A partir de hoy me prometo que movilizaré todo lo que esté en mi mano, mándando mails, recogiendo firmas, mandando cartas, etc, a todas las empresas que se anuncian en su web. No puedo dejar que tantísimos jovenes como Pili (y no tan jóvenes) lean declaraciones como las suyas o las que suben en su página web y piensen en el suicidio. No pienso quedarme con los brazos cruzados y lo voy a demostrar.

Muchas gracias.

Ilustre desconocido :

Primero. Llevo lustros dedicado al periodismo y todavía no recuerdo a ningún tirano que no justifique su empeño en censurar la libertad de expresión del prójimo por motivos filantrópicos y humanitarios. Si realmente existe la dulce niña Pilar, estaré encantado de conocerla y contarle mis razones. Pero hay que ser miserable para acusar a Hispanidad de posibles suicidios. La tendencia suicida de Pilar, seguramente se acrecentará con asesores como usted. Insisto, si es que la tal Pilar existe.

Segundo. ¿Por qué no es usted un poco más valiente y da su nombre? En Hispanidad no publicamos anónimos, y en la mancheta figuran los nombres de los responsables de toda la información que facilitamos. El director, por supuesto, es, además de responsable moral, responsable legal de todos los contenidos (así le facilito la querella. De nada)

Tercero. Para injurias y calumnias las que han dedicado a Hispanidad en general y a mi persona en particular el lobby gay, del que está claro usted forma parte. Jamás había leído -y he leído muchas- barbaridades como las recibidas de tan virtuoso colectivo. Todas ellas, naturalmente, anónimas.

Cuarto. Si tanto le ofendemos y tantas leyes vulneramos ¿por qué no acude a los tribunales? Si en algo está especializado el lobby gay es en disponer de fondos para coartar a quien se atreve a llevarle la contraria con la única arma de la palabra, sea en los medios informativos, o sea en el llamado mundillo cultural, donde el lobby gay sentencia qué es lo que debe verse y qué debe vetarse. Pobre del periodista, guionista de TV, director de cine, actor de teatro, novelista, diseñador de moda o intelectual que se atreva a denunciar, no ya la homosexualidad, sino el poder homosexual. Son ustedes verdugos que pretenden pasar por víctimas.

Así que, anónimo humanitario, si quiere seguir tirando la piedra y escondiendo la mano deberá cambiar de táctica, porque en un Estado de Derecho los tribunales exigen al acusador que se identifique. Comprendo que sea mucho más cómodo amenazar a los anunciantes, aprovechando que todavía hay algo más cobarde que un injuriador anónimo : el dinero, pero ¿sabe una cosa? A lo mejor se encuentra con que las empresas son más respetuosas con la libertad de prensa y tienen más sentido común...

Así que ya lo sabe. Le considero a usted un cobarde y un miserable. Cobarde por utilizar el anonimato para el insulto, miserable por utilizar un caso lacrimógeno, intuyo que inventado, para acusarnos de todos los males del universo.

Así, con esos dos epítetos, en una carta pública, convenientemente firmada e identificada, quizás consiga usted la excusa para llevarme a los tribunales, y no por ninguno de mis artículos, pues podrá comprobar en ellos que en Hispanidad no atacamos a ningún homosexual, a quienes consideramos mucho más que personas dignas de todo respeto, sino hijos de Dios. A lo que atacamos es a la barbaridad, y a la cochinada, sí, de la homosexualidad, básicamente consistente en introducir el pene por el recto, algo que la naturaleza no había previsto y de lo que, por tanto, se derivan abundantes males. Y seguiremos haciéndolo por pura coherencia personal.

Yo también estoy dispuesto a defender algo mucho menos humanitario que su lacrimógena historia (insisto en retarle: Pilar es un invento suyo. Si me demuestra lo contrario, rectificaré inmediatamente), pero mucho más humano : el sentido común.

Eulogio López