• A la Troika lo que le preocupa ahora es la banca francesa y la banca regional alemana.
  • Otra cosa es que el otoño va a ser difícil para el sistema bancario español: falta liquidez.
  • Especial daño puede hacer la nueva normativa del Banco de España sobre refinanciaciones.
  • Y las líneas de crédito se financian a comienzos de curso.

Lo había dicho el ministro Luis de Guindos y ahora lo certifica el máximo responsable del MEDE, el alemán -cómo no- Klaus Regling. Es decir, el jefe del organismo europeo que ha aportado los 41.000 millones de euros en créditos, el llamado rescate bancario español: los bancos españoles no necesitan nuevos créditos. Se valen ya por sí solitos... y lo que nos va a costar a todos los españoles, porque la Troika no ayuda sino que otorga créditos, que hay que pagar con sus intereses. Y prestar no es lo mismo que donar.

Con los 41.000 millones de euros prestados no se necesita ampliar la línea de crédito hasta los 100.000 millones.

La verdadera razón de que Bruselas pretende cerrar el saneamiento de la banca española a toda prisa, porque ahora le preocupa más los cuatro grandes bancos franceses y la banca regional alemana, probablemente la peor de Europa. España se considera un capítulo cerrado.

Ahora bien, eso no significa que la banca española, la buena y la mala, no afronte un otoño complicado. El problema es de financiación. Si lo prefieren, de liquidez. No sólo porque la deuda pública reduce la capacidad de prestar a la economía privada sino porque la mora sigue creciendo, el sistema precisa de más provisiones y por la puesta en marcha de la nueva normativa del Banco de España sobre provisiones para refinanciaciones. Es en otoño cuando se refinancian todas las líneas de crédito y lo previsible es que en vez de fluir el crédito, la banca se haga más contractiva.

En cualquier caso, ahora le toca el turno a Francia y a Alemania. España, para Bruselas, es capítulo cerrado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com