Esta es la quiniela que se baraja en ámbitos financieros madrileños. El presidente Zapatero deberá convocar elecciones a finales del próximo año, máximo comienzos de 2007.

¿Por qué lo piensan? Porque a estas alturas, el muy popular, dicho sea sin ningún tipo de coña, ya está más que calado por muchos. El único objetivo del Gobierno Zapatero es permanecer en el poder, al precio que sea.

Por el momento, la coyuntura económica no es favorable. Pedro Solbes no ha hecho sino continuar la política de Rodrigo Rato. Para ser exactos, no ha hecho nada, ni bueno ni malo. La inercia de la bonanza económica continua funcionando en España, pero en Europa las cosa no van nada bien. Se mantiene Francia, pero Italia lleva dos meses en recesión técnica, mientras que Portugal está sumido en una crisis sin precedentes. Y lo más importante, Alemania, precisamente regida por un canciller que acaba de convocar elecciones anticipadas, no está dispuesta a asumir el papel de locomotora.

Pero hay más nubes en el horizonte. La vivienda continúa disparada, e incluso son muchos los que suspiran porque no se derrumbe.

En 2007 se terminan los fondos de cohesión, se reducen las ayudas agrícolas y los fondos regionales se basarán en otro sistema de aportaciones. Europa, a partir de 2007, dejará de ser una bicoca para España y pasará a ser una carga financiera.

Pero aún más preocupante es el fenómeno de la nueva Europa económica, regida por empresa alemanas y francesas. La deslocalización española es la más profunda de todas, porque el Gobierno Zapatero, guiado por no sé que extraños propósitos -algunos sólo son capaces de explicarlo señalando la identidad francmasona del Presidente del Ejecutivo- ha cedido el tejido industrial español a franceses y alemanes. Las empresas estratégicas españolas están cayendo en manos de competidoras alemanas o francesas, en el mejor de los casos, o de fondos anglosajones de carácter especulativo, en el peor. Causa pavor pensar qué ocurriría en el caso de que las multinacionales del automóvil que operan en España, principalmente francesas y alemanas, levantaran el vuelo en busca de salarios más baratos, tal y como están haciendo en medio mundo. Ayer mismo, Comisiones Obreras se oponía a un expediente de regulación de empleo de Volkswagen en una de las filiales de la factoría de Martorell (14.000 empleos). No es un secreto que los alemanes quieren cerrar SEAT, pero no pueden hacerlo sino de forma paulatina. Naturalmente, el Gobierno Zapatero no acusa recibo.

Por otra parte, la presión de los nacionalismos vasco y catalán al Gobierno Zapatero va en aumento. En el mundo económico nadie entiende por qué cada vez se detienen mas etarras en Francia y, al mismo tiempo, Zapatero se empeña en negociar con la banda mientras ETA responde colocando bombas en los domicilios de empresarios vascos. Hay quien piensa en un acuerdo a tres: París-Vitoria-Madrid. Los franceses no quieren una ETA en su territorio : detendrán terrorista y exigirán a Zapatero que conceda más autonomía a Euskadi. ¿Más? Sí, más, aunque no se sepa de dónde puede sacarse. Son los mismos que sospechan que Marruecos, e incluso Francia, estuvieron más próximos al 11-M de lo que pueda parecer.

En cualquier caso, Cataluña y Euskadi están situando a Zapatero en un callejón sin salida.

En resumen, Zapatero ha ido a lo fácil: matrimonio gay, insultos a la Iglesia, bien jaleados por un pueblo anticlerical, divorcio express, descristianización de España a través de los medios públicos y con la entusiasta colaboración de medios privados, facilidades para abortar y dificultad para procrear, etc. Y las encuestas le dicen que la estrategia funciona. Desde el 11-M, la sociedad española vive inmersa en el miedo : el síndrome de Estocolmo hace que muchos no voten a favor del PSOE sino en contra de Aznar, sí de Aznar, que no de Rajoy. Síndrome de Estocolmo en estado puro : mi secuestrador es bueno, mi libertador es sólo aquel que puede ponerme en peligro. Y vuelvo a repetir que por José María Aznar me parece un político acomplejado y un tanto mediocre y que la guerra de Iraq es injusta. Pero una cosa es creer en la injusticia de la guerra de Iraq y otra caer en la cobardía de síndrome de Estocolmo.

Conclusión: la prelación sexual en el acceso al Trono, con la consiguiente reforma Constitucional es un momento idóneo para convocar elecciones y que el PSOE logre la mayoría absoluta. De esta forma, tendrían asegurado el poder por otros cuatro años, que sumados a los dos y pico anteriores casi redondearían 7 en el poder: la apuesta es elecciones en 2007.

Además, enfrente existe una oposición abotargada, tremendamente confundida sobre su ideario y con un líder discutido. Así se las ponían a Fernando VII.

El esquema parece sencillo, y es bueno para Zapatero. Cosa distinta es que sea bueno para España.

Eulogio López