La cardiología intevencionista es el tratamiento de las enfermedades cardiacas de forma percutánea, es decir, de la manera menos invasiva posible. Durante la pandemia, muchos de estos procedimientos se han visto paralizados o pospuestos, a la espera de una mejora en la situación pandémica. La buena noticia es que, a pesar de que estamos inmersos en una segunda ola en esta pandemia, la actividad de gran parte de los centros se ha retomado con normalidad, aunque con mayores medidas de seguridad frente al virus.

El cardiólogo y responsable de la unidad de Hemodinámica del Hospital La Luz (Madrid), el doctor Jorge Palazuelos, cuenta que gracias a la cardiología Intervencionista se trata la enfermedad coronaria, y patologías como la cardiopatía isquémica, las anginas de pecho, al mismo tiempo que se resuelven casos de obstrucciones o de estenosis en las arterias del corazón.

El tiempo de evolución del infarto determina el pronóstico tanto en términos de mortalidad aguda como en términos de desarrollo de otras complicaciones

“También llevan a cabo procedimientos estructurales, como el uso del TAVI o implante percutáneo de válvula aórtica. El TAVI es la técnica de intervencionismo estructural cardiaco más realizada en el Hospital La Luz con óptimos resultados. Esta técnica se lleva a cabo en casos de estenosis o de degeneración de la válvula aórtica. Las válvulas son como puertas que tienen que abrir o cerrar. En el caso de las estenosis (estrechamiento), la puerta no se abre y hay que arreglarla", valora el experto de Quirónsalud.

Así, y como mencionábamos, la pandemia también ha pasado factura sobre este tipo de intervenciones, en muchos casos fundamentales para la vida. Precisamente, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) alertó al observar desde marzo una reducción del 40% en el tratamiento del infarto durante la primera ola de la pandemia de la COVID-19.

Pero no queda ahí la cosa, este pasado septiembre, un trabajo publicado en la ‘Revista Española de Cardiología’, llevado a cabo por la Asociación de Cardiología Intervencionista de la SEC, notificaba que “la COVID-19 había tenido un tremendo impacto sobre la mortalidad aguda por infarto” y, en concreto, la mortalidad hospitalaria por esta causa “prácticamente se ha doblado durante la pandemia frente al periodo previo”.

“El tiempo de evolución del infarto determina el pronóstico tanto en términos de mortalidad aguda y a largo plazo como en términos de desarrollo de otras complicaciones”, explica la entidad científica, desde la que se lanzaron en ese momento reiterados mensajes para que las personas que presentaran síntomas que pudieran sugerir el inicio de un infarto llamaran de inmediato al 112.

No obstante, hoy en día y, a pesar de la segunda oleada de pandemia, los servicios de Cardiología de los hospitales españoles han estado y están preparados para seguir atendiendo perfectamente a los pacientes con patología cardiovascular aguda.

La cardiología intevencionista es el tratamiento de las enfermedades cardiacas de forma percutánea

De hecho, el Hospital La Luz (Madrid), donde trabaja el doctor Palazuelos, durante la primera oleada de la pandemia, especialmente entre marzo y abril, tuvo que reducir su actividad, y se llegaron a retrasar las intervenciones no urgentes ni preferentes ante la necesidad de atender a los pacientes diagnosticados por SARS-CoV-2. Esta reducción fue hasta el 60% de los casos.

“A todos los pacientes se les hizo de manera previa una prueba PCR y serológica. Se realizaba la intervención si la PCR era negativa o si el procedimiento, a pesar de ser positivo, era urgente o preferente. En cuyo caso se ponía en marcha la preparación del quirófano y del personal para proteger de infección al paciente del personal sanitario y al personal sanitario del paciente”, asegura por su parte el doctor Roberto Martín Reyes, jefe de servicio de Cardiología Clínica e Intervencionista del Hospital La Luz.

Un entorno seguro

Asimismo, dice que se han puesto en marcha otra serie de medidas durante esta pandemia en el hospital con la idea de que la unidad se convierta en un entorno seguro: Reforzar personal médico y administrativo, desarrollar circuitos específicos para pacientes infectados o no de COVID-19, así como consultas cardiológicas telefónicas para gestionar la demora en las intervenciones y seguir la evolución de las mismas.

Dice que se pospusieron también las intervenciones no urgentes o preferentes en pacientes con pruebas PCR positivas durante 15 días: “Tras cumplirse las dos semanas se repetía de nuevo la prueba. Si era negativa, se realizaba la intervención; si era positiva había que esperar otros 15 días. Mientras, a los pacientes con esta demora se les realizaba una consulta de cardiológica vía telefónica para seguir la evolución de sus síntomas. A su vez, se les facilitó el teléfono de contacto directo de la secretaría y un correo electrónico para que pudiesen contactar con el equipo médico con la mayor facilidad y brevedad posible” comenta el Dr. Palazuelos.

"Hemos logrado la continuidad de tratamiento y ganado la confianza del paciente, que se ha sentido seguro, bien seguido y tratado", dice el doctor Jorge Palazuelos

Es más, asegura que se ha contratado a más personal médico y administrativo para atender el alto volumen de pacientes y las consultas telefónicas. "Es muy importante que la gestión de las consultas sea ágil entre las secretarias que cogen las llamadas y los médicos que llaman. Todos los días dejamos huecos en la agenda para contestar esas consultas telefónicas", menciona.

A juicio del cardiólogo y responsable de la unidad de Hemodinámica del citado centro hospitalario, Jorge Palazuelos, gracias a estas medidas no se han producido contagios entre los pacientes y el personal médico, al mismo tiempo que recuerda que el Hospital La Luz cuenta con la acreditación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, que acredita su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia, tanto en las instalaciones, como en el seguimiento de los protocolos con los pacientes y durante los procedimientos.

Subraya igualmente que se han conseguido crear circuitos específicos de pacientes infectados o no de COVID-19, así como separar el personal médico y de enfermería libre de la infección frente a personal que estaba tratando a pacientes positivos. “Esto lo hicimos desde el principio y así lo seguimos haciendo", afirma, una medida pionera gracias a la que no se han registrado contagios entre pacientes y profesional sanitario, según insiste Palazuelos.

Una buena noticia, a pesar de que estamos inmersos en la segunda ola de la pandemia, el servicio de Cardiología y la Unidad de Hemodinámica del Hospital La Luz ha recuperado su ritmo de actividad normal, tanto en las intervenciones coronarias como en las estructurales, “tras haberse reducido en un 60% el número de procedimientos durante la primera oleada”, valora el doctor Martín Reyes. "Gracias a esto, hemos logrado la continuidad de tratamiento y ganado la confianza del paciente, que se ha sentido seguro, bien seguido y tratado. La respuesta ha sido muy buena", afirma el doctor Jorge Palazuelos por su parte.