Cambios en el estilo de vida, principalmente, un mayor nivel de actividad física podrían reducir, según algunos trabajos científicos, hasta un 40% los casos de Alzheimer
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de muerte en el mundo. La obesidad no es un problema estético, sino uno de salud que afecta a más del 20 por ciento de la población en España. Además, no hay que olvidar que el exceso de peso no solo perjudica a nuestra salud cardiovascular, sino que cada son más los estudios que refrendan la hipótesis de que las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia.
El doctor Jesús Romero Imbroda, jefe del servicio de Neurología del Hospital Quirónsalud Málaga explica en este sentido que la enfermedad de Alzheimer es la demencia con mayor prevalencia: “Actualmente no tiene cura, ni contamos con ningún fármaco para prevenir la enfermedad. La demencia es actualmente la séptima razón de muerte en todo el mundo y una de las causas más importantes de dependencia entre las personas mayores”.
La obesidad, definida por un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual que 30, se ha asociado a un riesgo de demencia que oscila entre un 80 y un 200% mayor
Aunque su causa es desconocida, dice que la edad constituye el primer y más importante marcador de riesgo, que aumenta progresivamente con el envejecimiento, tal y como demuestran los estudios epidemiológicos. “Sin embargo, cada vez más, hay evidencias que indican que reducir el riesgo cardiovascular (control de hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia...) y mantener unos hábitos de vida saludable (ejercicio, dieta equilibrada, mantenerse activo mentalmente...) son importantes para reducir el riesgo de padecer la enfermedad”, sostiene.
Aunque sus principales factores de riesgo son la edad, la genética y el sexo, ya que afecta más a mujeres que a hombres, el doctor Romero Imbroda destaca que existen factores de riesgo modificables sobre los que se puede actuar para prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad: “Enfermedades como la diabetes, la obesidad, la hipertensión, la pérdida de audición o la depresión. También hay factores modificables inherentes al estilo de vida como el tabaco, el alcohol, la actividad física, la dieta, la actividad intelectual o la interacción social”.
Además, el neurólogo de Quirónsalud Málaga sostiene que el control de los factores de riesgo vascular, un mayor nivel educativo, o cambios en el estilo de vida, principalmente, un mayor nivel de actividad física, dietas más saludables, y el abandono de hábitos tóxicos como el tabaquismo, podrían reducir, según algunos trabajos científicos, “hasta un 40% los casos de Alzheimer, o al menos, retrasar el debut clínico de la enfermedad".
La demencia se incrementará exponencialmente durante los próximos años
De hecho, este experto alerta de que la demencia no solo es una enfermedad de “gran incidencia” sino de la que se espera un crecimiento exponencial en los próximos años, debido al progresivo envejecimiento de la población, a la ausencia de un tratamiento efectivo, o a la falta de prevención sobre factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo.
Para aquellos pacientes que ni el ejercicio, ni la dieta, ni el tratamiento con medicación, ayudan a controlar el peso, está la opción quirúrgica
“Se trata de variables controlables o evitables por las que, según un estudio recientemente publicado, se triplicarían los casos de demencia en los próximos 30 años”, indica el especialista de Quirónsalud, en referencia a una investigación de la Universidad de Washington, publicada en la prestigiosa revista científica The Lancet, y que remarca que los casos de demencia entre los adultos mayores de 40 años podrían pasar de los 57 millones registrados en 2019 a los 153 millones en 2050 si no se hace un llamamiento a la población para prevenir algunos factores de riesgo”.
La obesidad es modificable
Por su parte, el jefe del servicio de Cirugía General y de Obesidad del Hospital Quirónsalud Málaga, el doctor César Ramírez, subraya que la obesidad es para la Comisión Lancet uno de los “doce factores de riesgo modificables” que podrían evitar la aparición de la demencia y un punto clave para la intervención de salud pública.
“Los otros serían la polución ambiental, las alteraciones de la audición, el hábito tabáquico, el bajo nivel educativo, la hipertensión arterial, diabetes, aislamiento social, la depresión, el daño cerebral, el alcoholismo y la falta de actividad física. Cuando profundizamos en su análisis, nos damos cuenta de que, a su vez, algunos de estos factores, como el bajo nivel formativo, la hipertensión y la diabetes, se relacionan a su vez de forma muy directa con el sobrepeso y la obesidad", agrega el especialista.
Es más, según advierte este cirujano, la obesidad, definida por un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual que 30, se ha asociado a un riesgo de demencia que oscila entre un 80 y un 200% mayor, mientras que el sobrepeso (IMC entre 25.0 y 29.9) aumenta el riesgo de demencia en un 35%; todo ello en comparación con los sujetos con un peso normal (IMC entre 18.6 y 24.9).
“Está claro que si somos capaces de intervenir sobre la obesidad y eliminarla en la edad media de la vida vamos a estar también incidiendo sobre sus comorbilidades asociadas (hipertensión y diabetes), a la vez que evitaremos la aparición de demencia en muchas personas. Es aquí donde la cirugía bariátrica tiene un rol esencial y, cumpliría un papel de prevención primaria para la aparición de demencia en muchas personas si se actúa a tiempo", prosigue el experto de Quirónsalud Málaga.
La demencia es actualmente la séptima razón de muerte en todo el mundo y una de las causas más importantes de dependencia
Tratamiento de la obesidad
Con ello, este cirujano de la obesidad advierte de que el abordaje de esta patología debe llevar aparejado un control nutricional y psicológico, cuyos objetivos aspiren a alcanzar una serie de logros globales, tanto a corto como a largo plazo. Aplicar una técnica quirúrgica u otra dependerá siempre de cada caso
Para aquellos pacientes que ni el ejercicio ni la dieta, ni el tratamiento con medicación, ayudan a controlar el peso, está la opción quirúrgica: “La cirugía bariátrica por vía laparoscópica o cirugía para perder peso se considera el procedimiento más seguro y eficaz para tratar la obesidad grave. Es mínimamente invasivo y poco doloroso. Tras la intervención el paciente puede ser dado de alta en uno o dos días”.
Mientras, procedimientos restrictivos como la gastrectomía vertical reducen el tamaño del estómago, para contener menos alimentos y aumentar la sensación de saciedad, pero mantiene el resto de las funciones digestivas. Otra opción es la colocación de un by-pass gástrico, recomendado a pacientes con un IMC por debajo de 50 y problemas de reflujo.
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