Cada vez son más las personas que experimentan dificultad para tragar. Se trata de una alteración conocida como disfagia que afecta a miles de personas en España. Se estima que uno de cada cuatro mayores de 70 años puede desarrollar algún grado de disfagia a lo largo de su vida, pero este trastorno sigue siendo poco conocido y, en muchas ocasiones, infradiagnosticado.
“La disfagia es mucho más frecuente de lo que la gente piensa y, lo más importante, es que nueve de cada diez casos pueden tratarse correctamente si se detectan a tiempo y se sigue el abordaje adecuado”, destaca el Dr. Dwight Enrique Zambrano, otorrinolaringólogo del Hospital Quirónsalud Costa Adeje.

El problema de la disfagia no se limita solo a la incomodidad de tragar alimentos o líquidos. La dificultad para deglutir puede tener consecuencias graves para la salud: aumenta el riesgo de desnutrición, deshidratación, infecciones respiratorias por aspiración e incluso la aparición de neumonía, una complicación especialmente peligrosa en personas mayores o con enfermedades crónicas. Además, la disfagia afecta a la calidad de vida y puede provocar aislamiento social debido al miedo a comer en público o compartir mesa.
La dificultad para deglutir puede tener consecuencias graves para la salud: aumenta el riesgo de desnutrición, deshidratación, infecciones respiratorias por aspiración e incluso la aparición de neumonía
Los especialistas insisten en que la disfagia puede aparecer de forma progresiva o súbita, y en muchos casos se asocia a enfermedades neurológicas como el ictus, el párkinson, la esclerosis múltiple o el alzhéimer, pero también puede derivar de problemas estructurales en la boca, la garganta o el esófago, intervenciones quirúrgicas o tratamientos contra el cáncer. Otros factores de riesgo incluyen el envejecimiento, el reflujo gastroesofágico y algunas infecciones.
El diagnóstico precoz es fundamental para evitar complicaciones graves. La evaluación inicial suele comenzar con una entrevista clínica detallada, en la que se pregunta al paciente por síntomas como tos o ahogo al comer, sensación de que los alimentos “se quedan atascados”, dolor al tragar o pérdida de peso inexplicada. A partir de ahí, pueden realizarse pruebas específicas como la videofluoroscopia de la deglución, la endoscopia o pruebas funcionales con el objetivo de identificar el origen del problema.
Tratamientos personalizados y multidisciplinares
El tratamiento de la disfagia depende de la causa y del grado de afectación, pero el objetivo principal es siempre garantizar la seguridad alimentaria y la hidratación. En la mayoría de los casos, los cambios en la textura de los alimentos, la adaptación de líquidos y el aprendizaje de técnicas de deglución bajo la supervisión de un logopeda pueden marcar una gran diferencia en la evolución del paciente.
Muchas personas recuperan su capacidad de tragar y mejoran notablemente su calidad de vida gracias a un enfoque individualizado, que puede incluir desde rehabilitación logopédica hasta intervenciones quirúrgicas o el uso de prótesis, según cada caso.
Muchas personas recuperan su capacidad de tragar y mejoran notablemente su calidad de vida gracias a un enfoque individualizado, que puede incluir desde rehabilitación logopédica hasta intervenciones quirúrgicas o el uso de prótesis, según cada caso
En los casos más graves, cuando no es posible una ingesta segura por vía oral, puede ser necesario recurrir a la alimentación intestinal mediante sondas, siempre bajo un control estricto y buscando preservar la autonomía del paciente en la medida de lo posible.
Pese a que la disfagia es altamente tratable, sigue siendo una patología infradiagnosticada. Muchos pacientes y familiares tienden a minimizar los primeros síntomas, atribuyéndolos al envejecimiento o a pequeños “atragantamientos” sin importancia, lo que retrasa la consulta al especialista y complica el pronóstico. Por este motivo, hay que insistir en la necesidad de la toma de conciencia del problema, especialmente por parte de las personas mayores y de quienes cuidan de ellas, sobre la importancia de consultar ante cualquier dificultad para tragar.
El diagnóstico temprano y el abordaje multidisciplinar permiten a la mayoría de los pacientes recuperar una vida normal, sin miedo ni limitaciones sociales.
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