Delicada situación alimentaria para las personas en estos dos países, que junto a Zambia, concentran el 75% de la población del sur de África en crisis alimentaria
Situación delicada la que se está viviendo en Zimbabue y Mozambique, donde casi siete millones de personas están en riesgo de hambruna por la sequía y los ciclones Idai y Kenneth. De hecho, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya ha realizado una petición de emergencia para Zimbabue por 295 millones de euros, donde el hambre amenaza a más de cinco millones de personas, con el objetivo de prevenir la inseguridad alimentaria que podría darse a principios de 2020, según Unicef.
La falta de lluvias, la destrucción de cosechas y las consecuencias de los desastres naturales citados, unidas a la crisis económica que viven desde hace años, han agravado la situación en estos países, que junto a Zambia, concentran el 75% de la población del sur de África en crisis alimentaria. “Este año tenemos más zimbabuenses hambrientos que nunca”, ha señalado Eddie Rowe, director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Zimbabue. “Estamos enfrentando una sequía como ninguna de las que hayamos visto en mucho tiempo. No podemos darnos el lujo de quedarnos de brazos cruzados mientras arde Roma”, ha añadido David Beasley, director ejecutivo de este organismo de Naciones Unidas, que ha situado el número actual de zimbabuenses en riesgo de hambruna en 2,5 millones.
Estamos enfrentando una sequía como ninguna de las que hayamos visto en mucho tiempo. No podemos darnos el lujo de quedarnos de brazos cruzados
Las cosechas de maíz de este año se han visto arruinadas por un doble motivo: la falta de lluvias en algunas zonas y los efectos de los ciclones en otras, que han incluido inundaciones. En concreto, el ciclón Idai dejó más de 1.000 muertos en Zimbabue, Mozambique y Malaui, así como cerca de 2 millones de afectados, y destrucción de cosechas, viviendas e infraestructuras. Por su parte, el ciclón Kenneth fue menos devastador y sólo afectó a Mozambique, dejando más de 40 muertos, pero al llegar tras Idai, potenció las consecuencias. Como suele suceder tras los desastres naturales, la ayuda humanitaria urgente es prioritaria, pero meses después siguen necesitando asistencia para salir adelante.
En Mozambique, más de 1,6 millones de personas necesitan ayuda alimentaria de forma inmediata, según el último informe de la Comunidad de Desarrollo de África Austral, entidad bajo el amparo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA, más conocida como FAO, por sus siglas en inglés). Entre ellos, hay 67.000 menores en situación de malnutrición aguda. Además, el PMA prevé que el número de personas en necesidad de asistencia urgente se acerque a los 2 millones entre el próximo octubre de 2019 y febrero 2020, cuando debería llegar la próxima cosecha.
En Mozambique, más de 1,6 millones de personas necesitan ayuda inmediata y entre ellos, hay 67.000 menores con malnutrición aguda
La falta de lluvias entre enero y marzo en las tres regiones del sur de Mozambique han afectado a más de 126.000 hectáreas y en algunas zonas, se ha perdido el 60% de la cosecha, por lo que “la producción se ha visto reducida significativamente”, ha afirmado el ministro de Agricultura del país, Higino de Marrule. Todo esto ha provocado también que hayan tenido que acudir al mercado internacional para comprar unas 200.000 toneladas de suministros de maíz, según estima el Departamento de Agricultura de EEUU. Y por si todo esto no fuera bastante, no hay que olvidar la grave recesión económica, con una inflación anual superior al 200%, lo que complica aún más que los ciudadanos puedan comprar productos básicos como aceite o azúcar.
Paralelamente, en Zimbabue, la sequía ha dejado más de 2 millones de personas sin acceso a agua limpia, lo que ha generado riesgos de un brote de cólera que agravaría más la situación de la población damnificada. Además, la crisis económica ha tenido un impacto en la prestación del servicio de agua, que era de baja calidad, porque escasean los productos químicos purificadores debido a cuestan tres millones de dólares (unos 2,68 millones de euros) al mes, estiman expertos del sector.
En Zimbabue, a la crisis alimentaria, se une la falta de acceso a agua limpia, por lo que hay riesgos de un brote de cólera
Claro que en este país, por si no hubiera pocos problemas (sequía, falta de agua potable, hambre, crisis económica…), también se ha aludido al cambio climático. El Gobierno ha atribuido la escasez de alimentos a sus efectos, pero los críticos han responsabilizado la caída de la población agrícola a las reformas gubernamentales.
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