Pedro Sánchez ha confirmado este miércoles en el Congreso lo que lleva negando varias semanas: "47 años deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones". Según el presidente no ha habido cambio de postura, pero insiste en mover posiciones. Y busca su justificación en las resoluciones de Naciones Unidas que interpreta como quiere: "toman nota de la propuesta marroquí y del Frente Polisario y acogen con beneplácito los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos para avanzar el proceso hacia una solución".

En su intervención, Sánchez ha instado a las formaciones a aceptar la nueva posición, ha defendido su giro de 180 grados en cuanto a la posición española en el Sahara y ha destacado el "nuevo marco de relaciones" con Marruecos.

"El balance aunque provisional, podemos calificarlo de positivo", asegura nuestro presidente. Pedro, repasando el corto plazo:

Marruecos quiere hacerse con Ceuta y Melilla, con ofensivas cada vez más agresivas donde usa a su población como carne de cañón. España miraba hacia otro lado, olvidando a Ceuta y a Melilla y a los 700.000 marroquíes que viven en el país y que continúan sintiéndose, en su mayoría, fieles siervos de un déspota llamado Mohamed VI. Hace un año, Marruecos deja las puertas abiertas y cruzan 8.000 marroquíes a Ceuta, una ciudad con 84.829 habitantes. ¿Respuestas? Eduardo de Castro, que gobierna en Melilla gracias al apoyo de socialistas y de Coalición por Melilla, el partido pro-marroquí e islamista liderado por Mustafá Aberchán, calla. Y el único que toma medidas es el Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, el pepero Juan Jesús Vivas, nombra persona non grata a Santiago Abascal. Juan Jesús, no sé qué haría la ciudad de Ceuta sin ti. 

Frontera cerrada, por el Covid o por el cruce, no se aclara. Sánchez cambia de postura y entregra el Sahara a Marruecos, Moncloa niega el cambio de postura que ahora reconoce e insiste en que esto refuerza los lazos con nuestro "gran vecino y amigo del sur". Nuestro presidente se planta en Rabat para tener una cena con Mohamed VI, lo considera un honor, y nos despertamos con una foto de Sánchez con la comitiva, y la bandera de España puesta del revés... y el presidente en la foto sonriendo. Salta el escándalo Pegasus, corren los rumores, y cada vez con más fuerza, sobre si Mohamed VI está detrás de las escuchas. 

Estados Unidos obvia a Sánchez completamente y convoca a Marruecos en la OTAN. Entre tanto, España se convierte en escaparate publicitario de Marruecos con la campaña ‘Marruecos. Reino de la luz', Callao se convierte "en el escaparate español de la propuesta turística de Marruecos en tres dimensiones". Y en el aniversario del citado cruce masivo a Ceuta, ese mismo día 17 de mayo, Marruecos y nuestro Gobierno, reforzando relaciones, deciden reabrir las fronteras. Y para cachondeo del Ejecutivo, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, dice que se han enviado 220 nuevos agentes a Ceuta y Melilla, para favorecer que la reapertura de la frontera se lleve acabo sin incidencias. 

Pero nuestro presidente considera "positivo" el balance y "mueve posiciones", es decir, Pedro Sánchez ha vendido Ceuta y Melilla a Marruecos: su plan es seguir el esquema Hong Kong, y ya saben cómo acabó. ¿Siguiente paso? Desmilitalizar Ceuta y Melilla. 

Y ya para rematar, Sánchez va y asegura: "La soberanía española sobre Ceuta y Melilla está fuera de toda duda como en cualquier otra parte del territorio nacional". Hombre Pedro, igual igual que cualquier parte del territorio nacional, no, el resto del país no tiene una valla por la que le son 'lanzados' cientos de emigrantes africanos, ni tiene un ejército de Regulares en su territorio, de cuya lealtad no podemos estar seguros