Pedro Barato Triguero, presidente nacional de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) ha hablado con El Debate sobre el impacto real en España de las políticas medioambientales europeas.

La Ley de la restauración de la naturaleza y la Ley de Bienestar Animal afectan de lleno a un sector de gran importancia para nuestro país, y a ojos de Barato "son ejemplos de normativas que requieren un análisis cuidadoso. Debemos evitar dependencias alimentarias externas y asegurar la igualdad de condiciones en la aplicación de normativas sanitarias y laborales".

El presidente de ASAJA, asegura que las medidas de la UE, particularmente en lo que respecta a las emisiones de nitrógeno, "están presentando desafíos para la industria ganadera en España. Estas decisiones carecen de una base sólida en investigación científica y no han sido acompañadas de una evaluación adecuada de sus posibles consecuencias". 

Barato denuncia que "se están imponiendo restricciones y prohibiciones que no se aplican en países terceros, lo que podría llevar a una deslocalización de la producción ganadera española y europea hacia otras regiones del mundo donde estas restricciones no existen. Esto resulta preocupante porque revela una tendencia a tomar decisiones basadas más en ideologías que en evidencia científica".

Para Barato esto viene de lejos: "Hemos visto situaciones similares con políticas anteriores como la PAC, donde las decisiones parecían más motivadas por preocupaciones medioambientales que por un análisis riguroso de sus impactos".

Además, alerta que "la competitividad se ve amenazada no sólo por las restricciones impuestas sino también por la necesidad de adaptarse rápidamente a un panorama regulatorio en constante cambio".

ASAJA propone "trabajar activamente para abogar por un enfoque más equilibrado, para transmitir la importancia de tomar decisiones basadas en ciencia y en la realidad del sector. Los ganaderos están comprometidos con la sostenibilidad y el bienestar animal, pero estas metas deben alcanzarse de manera gradual y realista".

Y es que las decisiones rápidas y sin meditar, "por ejemplo, cambios drásticos en el tamaño de las explotaciones ganaderas pueden tener un impacto en los precios de los alimentos y en la viabilidad económica de las granjas. Necesitamos encontrar un equilibrio entre las prácticas sostenibles y la capacidad de mantener precios razonables para los consumidores".

Barato asegura  la principal preocupación "gira en torno a la Ley de Bienestar Animal, la cual está siendo debatida y tiene varias facetas. Una de ellas es el transporte de animales. Si las regulaciones propuestas se implementan, afectarán aspectos como la temperatura permitida para el transporte y las dimensiones de las jaulas, lo que restringiría significativamente la capacidad de los ganaderos para transportar animales, especialmente en climas cálidos".

Asimismo, "se están proponiendo cambios en las horas máximas de transporte, lo que tendría un impacto directo en la logística y los costos. Estas regulaciones también podrían afectar el tamaño de las explotaciones ganaderas, con posibles impactos inmediatos en los sectores avícola y de conejos, seguidos por el porcino y el bovino".

Sin embargo, Barato denuncia que "los problemas surgen cuando ciertos grupos de presión y lobbies con intereses ideológicos influyen en las decisiones".

En ASAJA "nos resistimos a aceptar los planteamientos y limitaciones impuestos por la Unión Europea. Es crucial abordar estos desafíos desde nuestro país, buscando alternativas que eviten un posible desastre".

"Nuestro objetivo es asegurar un futuro mejor y más cierto para la ganadería. Cualquier nueva normativa debe basarse en evidencia científica y ser implementada en un marco de tiempo razonable. Nos comprometemos a mejorar las condiciones, pero con los recursos adecuados".