El modo moderno de entontecimiento consiste en ponerle al insurrecto un micrófono delante de la boca y una cámara delante de los ojos. La portavoz -afroamericana, por supuesto- de Joe Biden, señora Karine Jean-Pierre, le preguntaron los periodistas por el origen de los globos que sobrevuelan Estados Unidos y Canadá y con los que el ejército norteamericano practica el tiro al blanco. Karine respondió, con el mismo rigor que nuestra Isabel Rodríguez, que no existía el mejor indicio de actividad extraterrestre. No hemos visto ni a un sólo alienígena en los globos que surcan los cielos de USA y Canadá. Ni un solo marciano. Ni tan siguiera el venusiano Justin Trudeau.

Ahora bien, cuidado, porque Karine ha demostrado mucha ciencia comunicóloga. Así, no ha informado sobre lo que ocurre -eso debe evitarse cuidadosamente- sino sobre lo que no ocurre. No hay alienígenas. Ni uno solo. 

Es el modelo comunicativo del siglo XXI donde el rigor se antepone a la verdad y encima la tesis se postula con abundante engolamiento. Por ejemplo: no nos dicen de dónde vienen esos globos pero sí nos dicen que no hay actividad alienígena en ellos. Karine no nos dice nada que sea verdad, entre otras cosas porque no lo sabe, pero como en el nuevo modelo se permite todo menos callar, nos lo describe con extraordinario rigor: ni un marciano. Eso sí, seguimos sin saber qué puñetas eran esos globos.

Yayoyou está contento de su pupila.