La Fórmula 1 disputaba este fin de semana su segunda edición del Gran Premio de Miami, pero por desgracia los titulares no se los llevó la carrera, sino el británico Lewis Hamilton. Uno de los mejores pilotos del mundo que insiste en dar su opinión sin información y sin que nadie se la pida. 

Hamilton aseguró que luciría durante la carrera la bancera arcoiris en su casco, como ha hecho en las carreras que ha disputado en países árabes y aseguró que su decisión se basada en las leyes anti LGTBIQ+ que el estado de Florida había adoptado, llegándolas a comparar con las existentes en Arabia. 

"He oído hablar de algunas decisiones que ha tomado el gobierno aquí, no estoy de acuerdo y no las apoyo. Realmente sigo apoyando a la comunidad LGTBQ+, y este fin de semana seguirá ondeando la bandera del arcoíris en la parte trasera de mi casco".

"No es diferente a cuando estuvimos en Arabia Saudí, no van en la dirección correcta y no envían el mensaje adecuado. Estoy aquí, y espero que solo por venir con mi casco, voy a seguir apoyando la comunidad y mostrar que estoy con ellos, a seguir luchando".

La crítica de Hamilton va dirigida al gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, quien firmó el pasado año la ley sobre “Derechos de los padres en educación”, que prohíbe el adoctrinamiento de los niños en las escuelas con la ideología de género, corriente que considera que el sexo es una cuestión sociocultural o de autopercepción y no biológica, y que el Nuevo Orden Mundial (en EEUU, en diversos estados) busca imponer a través de la educación de niños y jóvenes. 

Es decir, para Hamilton es comparable este tipo de leyes o la ley que firmó DeSantis más recientemente en la que se prohíbe el uso de baños que no se correspondan con el sexo biológico,con las que se aplican en Arabia, donde se contempla la pena de muerte a personas del colectivo.