Comenzamos esta crónica semanal de Hispanoamérica  —en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia y la libertad— en México, para defender el derecho a la vida.

Y es que, ante el incremento de asesinatos y la ola de violencia que aqueja al país entero, el Obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Díaz Alba, obispo de Baja California Sur, emitió una severa crítica hacia el gobierno de López Obrador e invitó a la población a preguntarse qué querían cuando en 2018 votaron por un “nuevo proyecto” encabezado por el presidente social-comunista y qué han recibido a cambio, recoge Infobae.

“Cada uno de nosotros tiene sus expectativas y a veces recibimos desilusiones y desencantos”, mencionó sobre los altos índices de pobreza, inseguridad y desigualdad en México. Ante ello, recordó el reciente asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua: Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, quienes perdieron la vida a manos de un miembro del crimen organizado mientras intentaban auxiliar a un hombre que ingresó pidiendo ayuda en una parroquia de Cerocahui. “Nuestro país está chorreando sangre”, denunció.

Nos vamos ahora a Guatemala, donde los obispos invitaron a sus conciudadanos “a no perder la ilusión de construir la paz en nuestro país. Dios nos llama a procurar la justicia a defender la vida humana en todos sus momentos y personas, especialmente los más vulnerables”. “Guatemala sigue mal y en muchos sentidos se deteriora” notan los obispos, que prosiguen: “El problema de nuestro país es que la corrupción, irresponsabilidad, intereses y miopía política de los funcionarios en todos los órganos del Estado han corrompido el sistema, han abusado de él, y creado un Estado disfuncional incapaz de cumplir su función de crear el bien común”. “No vemos todavía mayores frutos en la lucha contra la desnutrición infantil, pues se mantienen altos los índices de violencia y no se han promovido políticas reales y efectivas a favor de la población indígena, pero tampoco a favor de la aplicación transparente de la justicia” denuncian, recogió Fides.

Nuestro siguiente destino es Colombia, porque el delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las relaciones Iglesia-Estado, Monseñor Héctor Fabio Henao, afirmó que la Iglesia Católica está dispuesta a colaborar con el proceso de “paz total” que iniciaría el Gobierno de Gustavo Petro, quien asumirá la Presidencia el 7 de agosto. Esta buscaría retomar el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), suspendido por el actual presidente, Iván Duque, luego del atentado que este grupo cometió contra una escuela de cadetes en Bogotá en enero de 2019, informa El Colombiano.

Misioneras de la Caridad expulsadas de Nicaragua podrían abrir misión en Costa Rica

Y en Costa Rica, las Hijas de la Caridad de la Santa Madre Teresa de Calcuta se encuentran evaluando la posibilidad de abrir una misión en la Diócesis de Tilarán—Liberia, al noroeste del país, para ayudar a gente de la calle y familias necesitadas, recoge Aciprensa.

De acuerdo a un artículo difundido por la Conferencia Episcopal de Costa Rica, la propuesta surgió del Obispo de Tilarán—Liberia, Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora, quien el 6 de julio se arrodilló al saludar a la superiora de las religiosas que fueron expulsadas de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega. “Cuando las religiosas fueron expulsadas de Nicaragua, perdieron todos sus bienes y  las recibimos en la frontera. Entonces, les propuse crear una fundación, en Cañas, asunto que tuvo eco en ellas”, señaló Mons. Salazar.

“Después de negociaciones, contamos con el proyecto, ya conversado; pero, aún, no firmamos el respectivo contrato. Oremos para que se concrete”, añadió. Asimismo, el Prelado explicó que el proceso ahora está en manos de la Superiora General de la Congregación, quien deberá evaluar la propuesta. De ser aprobado el proyecto, se podría continuar con los demás trámites legales.

En este contexto, las Hijas de Santa Madre Teresa de Calcuta visitaron el 26 de julio el Centro de Catequesis, en el barrio Kenedy de Cañas, para evaluar la infraestructura como su posible casa de misión. Anteriormente las religiosas ya habían recorrido la zona para ver la realidad de los necesitados.