El peligro no radica en que Rusia gane la guerra, sino en que la pierda
La guerra se recrudece en el este de Ucrania y el panorama, dejando a un lado a los profesionales del optimismo, que confunden sus deseos con la realidad, no es como para tirar cohetes. Lo cierto es que entrados en el cuarto mes de guerra, la situación no es halagüeña.
Lo peor de todo es que Occidente se ha roto en Ucrania. Los políticos aman las grandes mentiras y la gran mentira de esta guerra es que Putin quería dividir Europa y no ha hecho más que unirla. ¿Seguro? ¿Unida alrededor de qué?
Tenía que suceder, por fas o por nefas, dado que un Occidente descristianizado está llamado a la disgregación y, desde luego, hace tiempo que dejó de ser guía del mundo. Ahora bien, no son muchos los que pensaban en el lugar de esta quiebra europea.
Europa tendrá que aprender a defenderse por sí misma Y su problema es la infantería. Por de pronto, Sánchez elevará el presupuesto de Defensa y Podemos tragará, con tal de mantenerse en el Gobierno
El primer síntoma de esta ruptura trasatlántica es que nadie en occidente, en especial en Europa, patriarca del globo, se fía del débil Joe Biden (Yayoyou) quien el lunes aseguraba a Putin que no enviaría misiles de alcance medio a Ucrania. Pues son los que está utilizando Moscú para aterrorizar a los ucranianos sin sufrir bajas.
El caso es que puede darse por inaugurada la II guerra fría. Putin no está perdiendo la guerra y Kiev se ha convertido en una pieza de intercambio entre Moscú y Washington. El Kremlin busca una república títere en el este de Ucrania, una segunda Bielorrusia... y Biden ya se lo ha concedido. Ni Norteamérica ni Europa, han sabido defender Ucrania, que se ha defendido sola, y ni Europa ni Estados Unidos han sabido atraerse a Putin a Occidente, ni dar por finiquitada a la OTAN surgida de la postguerra o correr la línea de defensa de la organización militar hasta la frontera ruso-china.
En este punto, sin desearlo, Podemos puede tener razón: acabemos con la OTAN trenzada en 1948 y cuyos gerifaltes estuvieron el lunes 30 en el Palacio Real de Madrid, lanzando unas diatribas antiPutin tan topiconas como insulsas e ineficaces.
Lo peor de todo: Moscú no se compromete públicamente a dejar en paz a Polonia
Más consecuencias de la Guerra de Ucrania: Europa tendrá que aprender a defenderse por sí misma, sin que Estaos Unidos arriesgue por ella las vidas de sus ciudadanos por la vieja Europa. Y el problema de Europa es la infantería. Sí, porque las guerras, también la del siglo XXI, las gana la infantería y no sé yo cuántos europeos están dispuestos a jugarse la vida por los valores de la actual Europa, que casi nadie sabe cuáles son.
Por de pronto, Sánchez elevará el presupuesto de Defensa y Podemos tragará, otra vez, con tal de mantenerse en el Gobierno.
Lo peor de todo: Moscú no se compromete públicamente a dejar en paz a Polonia. Simplemente establecerá otra frontera. El estúpido progresismo de Bruselas considera que la cristiana Polonia debe ser combatida, igual que Rusia.
En cualquier caso, lo de Ucrania no será una paz con perdón y justicia. Continuará el enfrentamiento sólo que por otra vía. Y lo malo es que un Putin vencedor puede sentir la tentación de entrar en su odiada Polonia. Y entonces ¿qué excusa buscará la decadente Europa para no ir a la guerra? ¿Chamberlain-Biden enviará tropas a Varsovia? ¿A qué no?