El pasado sábado hubo en Madrid una manifestación neonazi en el barrio madrileño de Chueca donde se profirieron gritos como "fuera maricas de nuestros barrios" y "fuera sidosos de Madrid". 

Por esta razón, la Fiscalía Provincial de Madrid ha incoado diligencias de investigación sobre esa manifestación. 

Vox no se cree nada y su líder, Santiago Abascal, lo denunció claramente en Twitter, a principios de semana: "Sobres con balas, navajitas, montajes estilo Malasaña, cuatro lunáticos gritando atrocidades en Chueca. Todo apesta a cloaca socialista. No quieren que se hable del atraco socialista en el recibo de la luz, de sus pactos con golpistas o de los homenajes a etarras de sus socios". 

 

Abascal, a preguntas de los periodistas, insistió: "Asistimos a cosas muy extrañas últimamente. A los sobres con balas. Asistimos a montajes como el de Malasaña, y ahora vemos una banda de locos y de fanáticos gritando barbaridades que no representan a ningún español. Eso apesta a cloaca socialista, no tengo ninguna duda".  

Por ello, ayer miércoles, Vox censuró en el Congreso al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por "verter" discursos de odio contra ellos y sus votantes, en referencia a los ataques recibidos por este partido por el caso de la falsa víctima de homofobia de Malasaña o la manifestación neonazi en Chueca.

Tampoco se cree nada el Gobierno de la Comunidad de Madrid, cuyo portavoz, Enrique Ossorio, manifestó ayer: "Es un poco sorprendente porque los manifestantes eran bien conocidos por la Policía", tras recordar que la ley faculta a la Delegación a prohibir manifestaciones cuando se dan ciertos supuestos. Es más, una vez autorizada la marcha, si "se producen insultos homófobos" durante el recorrido de la misma, como ocurrió en este caso, "esa manifestación se puede disolver". También podría haber optado la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, por alterar el recorrido de la misma. Y tampoco lo hizo. "Una manifestación de esas características, de personas perfectamente conocidas por la Policía, que desemboca en la plaza de Chueca es chocante, chocante...", señaló Ossorio. "¿Había algún interés en que esa manifestación discurriera por donde discurrió?". "Aquí hay cosas muy sospechosas que podrían deberse a intentar sacar rédito político. Si fuera así, sería realmente terrible", concluyó Ossorio.