La entrevista de Felipe González en El Hormiguero, con Pablo Motos, se convirtió en un crítica vitriólica a su correligionario y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ridiculizó con sorna sevillana y armado con una coña despectiva sobre la aliada de Pedro, la líder de Sumar, Yolanda Díaz. González aprovechó que Díaz se ha coronado de gloria con su frase de la Palestina que quiere, "desde el río hasta el mar", es decir, entre el Jordán y el Mediterráneo que, como ya se le ha recordado desde distintas tribunas, resulta que supondría echar a los judíos al mar. Justo lo que quiere Hamas.

Sánchez tampoco se libró de estas críticas: González minusvaloró el reconocimiento del Estado palestino e incluso criticó la inoportunidad de hacerlo en plena guerra de Gaza. Y como si se tratara de un 'derechoso' cualquiera, el expresidente del Gobierno le recordó al presidente en ejercicio que todo lo que está ocurriendo en Gaza es la respuesta al más salvaje atentado terrorista desde el 11-S.

Donde más mordaz anduvo González fue con los cinco días de reflexión que se tomó Pedro Sánchez para amenazarnos con su dimisión y con su posterior cita con el Rey Felipe VI para comunicarle que... continuaba en el cargo. "Fue muy raro, muy raro", decía González, porque, claro, si tras cinco días de reflexión profunda, "solicita una entrevista con el Jefe del Estado, éste se preguntará si no vendrá a despedirse". Y no fue así.

En resumen, González, el expresidente que durante más tiempo ha ejercido el cargo, ha roto el PSOE. Le apoya el que fuera su número dos, Alfonso Guerra, mientras Sánchez se hace apoyar con entusiasmo por José Luis Rodríguez Zapatero, a quien, en la misma entrevista, González recordó que ZP les reprochaba que se hubiera vuelto loco y le acusó de haber creado el desafuero catalán.

Ahora bien, horas antes de la entrevista, el CIS de José Félix Tezanos daba vencedor al PSOE en las elecciones europeas a celebrar en España el 9 de junio. El espantajo agitado por el Sanchismo, o estás conmigo o eres un ultra, continúa funcionando... y nadie puede asegurar que Tezanos acierte esta vez. Recuerden que el CIS sólo acertó -más bien se aproximó más que los demás- una vez... pero fue el 23-J.

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González se encargó también de recordar que Yolanda Díaz sigue siendo una comunista "que resta, más que suma". Se dedicó a desmontar todo lo que hoy conocemos como Sanchismo.

Ahora bien, el PSOE puede estar roto pero el Sanchismo no. El Estado clientelar creado por Pedro Sánchez, en un país descristianizado y sin principio alguno, provoca que los cargos del PSOE se arracimen alrededor de su líder. El llamamiento de González a que hable la militancia iba por ahí.

En cualquier caso, el PSOE está roto pero eso a Sánchez no le importa, mientras el partido, y todos sus cargos, continúen dependiendo de él. No gana las elecciones pero si gana las alianzas con lo más indeseable... sencillamente porque, como asegura González, "una cosa es gobernar y otra estar en el gobierno". No necesito explicarle a qué piensa González que se dedica Sánchez.