Para desgracia de todos, el que fuera presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto -si es que alguna vez se fue- a la vida política. Lo hace como 'líder espiritual' de un Sánchez que ve enemigos y traidores hasta en su sombra. 

El paso por la presidencia de Zapatero ya supuso una degeneración sin precedentes en el país, pero, por si no tuvimos suficiente con sus políticas que iban más allá del progresismo y con la generación de la mayor crisis económica de los años recientes, José Luis vuelve a la carga. ¿Y qué nos podemos esperar del equipo Sánchez-Zapatero?

Pues bien, la noticia es que ZP ha firmado un manifiesto donde reclama la libertad del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, en prisión en La Roca (Guayaquil) tras ser detenido en la Embajada de México, donde estaba bajo asilo político. También se ha aprovechado la misiva para cargar contra el actual presidente de Ecuador, Daniel Noboa. 

La idea y el manifiesto ha sido impulsado por el Grupo de Puebla, al que pertenece Zapatero. Este laboratorio ideológico de la izquierda es el heredero del Foro de Sao Paulo. Hace tiempo ya referimos en Hispanidad su plan para Hispanoamérica: extender el comunismo, el aborto y la ideología de género. El Foro de Sao Paulo es una organización de partidos de izquierda nacida en 1990, impulsada por Lula da Silva y Fidel Castro, tras el fin del comunismo en Europa, debido a la caída del Muro de Berlín y al fracaso de la URSS.

En julio de 2019, surgió el Grupo de Puebla, un think tank que agrupa a representantes de la izquierda populista y radical y de la llamada ‘izquierda progresista’. Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla están llamados a extender los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) y a ser el brazo ejecutor de la Agenda Globalista en Iberoamérica, del que tiene que salir el argumentario de la izquierda de nuestro siglo.

En él se reune lo mejor de cada casa. España aporta, por ejemplo, a la exministra de Igualdad, Irene Montero; la secretaria de Estado de Cooperación Internacional del Gobierno socialcomunista y miembro del PSOE, Pilar Cancela; y la exportavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra. Al igual que juristas como el exjuez Baltasar Garzón o al comunista Enrique Santiago, quienes forman parte del Grupo de Puebla a través del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), una institución acordada por el Grupo de Puebla en su reunión inicial de julio de 2019 para "combatir la utilización de la justicia como arma de guerra política". 

El NOM necesita de líderes progresistas para consumar su propósito de multilateralidad, de gobierno global, tiránico y anticristiano. El asunto es grave y se extiende por toda Iberoamérica: tras la teología de la liberación, llega a Hispanoamérica el marxismo de género e indigenista... que parece peor y que encima no tiene reparos ni en acusar a la justicia. Pero esta tendencia, como podemos ver a diario, ha cruzado el charco, y ha llegado a España. 

Como decíamos en Hispanidad, Sánchez está muy dolido porque los españoles no le aman y por otro lado, muy ocupado asaltando las empresas, asfixiando a la prensa independiente y acabando con la justicia, por lo que Zapatero ha hecho su aparición en escena. Es el 'líder espiritual' de su sanchidad, así puede seguir extendiendo los postulados del NOM. Y sobra decir que el principal enemigo de este nuevo marxismo es el mismo: la Iglesia. 

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