No tengo claro, ni creo que lo tenga nadie, si el pulso que ha supuesto el viaje del Rey Juan Carlos I a España se ha saldado con un éxito para el autoexiliado o para su principal enemigo, Pedro Sánchez.

Por de pronto, fuentes podemitas advierten a Hispanidad que han planteado, otra vez, un referéndum entre monarquía y república en España.

Felipe VI recibió a escondidas a Juan Carlos I porque sabía que el pueblo español no perdona a un hijo que no reciba a su padre

Lo curioso es que se trata de una petición imposible dado que precisaría, o eso parece indicar la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, de una mayoría parlamentaria que ni el consenso de investidura puede proporcionarle a Pedro Sánchez.

No, la suplantación de la monarquía española debía hacerse vía reforma constitucional... o vía revolucionaria, algo que nuestros neocomunistas podemitas no pretenden abordar porque ya no caminan en alpargatas sino en coche oficial.

Pero las consignas de Moncloa no son esas: lo que pretende Sánchez es que el ruido continúe, para mantener secuestrado y chantajeado a Felipe VI utilizando a Juan Carlos I. Y como el actual rey de España es cobarde, no se atreve a liberarse del secuestro ni a rechazar el chantaje de don Pedro: la actitud de Felipe Vi es la de clarísimo síndrome de Estocolmo respecto al Sanchismo.

Con Juan Carlos I ya de vuelta en Abu Dabi, la partida ha quedado en tablas. Felipe VI no se ha atrevido a no recibir a su padre porque sabía que el pueblo español no le perdonaría ese desplante personal -desplantes institucionales los ha aceptado todos- de un hijo hacia su padre. Ahora bien, las palabras miserables de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, amenazando al anterior jefe del Estado, con su debe ser más "cuidadoso", nos aclara cuál es la postura de Moncloa.

A Sánchez, el absurdo podemita del referéndum le resulta muy útil. Por de pronto: Moncloa exige a Felipe VI que denigre a su padre. La división de la familia real se eterniza

No, Sánchez no puede convocar un referéndum monarquía-república, pero sí puede mantener el chantaje al Rey Felipe VI. Moncloa exige a Felipe VI que denigre a su padre... nada menos. Y Felipe VI obedece.

Y es que el actual monarca ha vuelto a callar y con ello no corta el movimiento republicano y permite que Sánchez continúe con su secuestro y su chantaje. Su padre está dolido con él y ha dicho basta: se fue a Abu Dabi para no ser detenido y volverá a tensar la cuerda pese a las amenazas de Moncloa de poner en marcha, otra vez, un movimiento procesal, con la activación de su arma más poderosa: la fiscal general doña Dolores Delgado, señora de Garzón, para el caso de que el 'emérito' vuelva a pisar suelo español. Sí, para detenerle. Ahí está el pulso.