Gran parte de los medios de comunicación recogían hoy que, tras las amenazas del pasado martes de la portavoz de Junts en el Congreso, Mirian Nogueras, al Gobierno, en el sentido de que puede que haya llegado "la hora del cambio", el líder de este partido, Carles Puigdemont, reúne el lunes 27 de octubre a su cúpula para decidir qué hacer.

Se habla de dos opciones: dejar la legislatura en vía muerta sin apoyar iniciativa alguna del PSOE, esperando hasta que Pedro Sánchez convoque elecciones. O bien, participar en una moción de censura instrumental, junto al PP y a Vox, con la condición de que el candidato que se postule, que deber ser independiente y en ningún caso Alberto Núñez Feijóo, convoque elecciones en cuanto triunfe la moción. 

El fugitivo de la justicia española quiere someter a votación entre sus bases la decisión final, en un resultado que seria vinculante para la cúpula de Junts. 

A estas alturas, muy poca gente se cree que Puigdemont vaya en serio, incluso en el mismo Gobierno, que lo ve como la enésima maniobra de farol de los 'indepes' de Junts que buscan únicamente hacerse notar en un momento en que, en las encuestas, Alianza Catalana le está dando un buen mordisco electoral. 

Pero el aviso ha puesto muy nervioso al PNV: recordemos, el partido que traicionó al presidente del Gobierno Mariano Rajoy (PP) a los nueve días de haberle aprobado los presupuestos -avaló los presupuestos el 23 de mayo y el 31 apoyó la moción de censura de 2018-, en aquellas fechas en las que Pedro Sánchez llegó al poder inaugurando la etapa más siniestra de la historia de la democracia española.

Hoy, la portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Maribel Vaquero, ha declarado, en alusión a los de Puigdemont: "Somos muchos partidos los que sostenemos al Gobierno y muchas veces nuestros intereses no son comunes. Entiendo que Junts tense la cuerda para que el PSOE cumpla lo acordado con ellos, todos podemos tensar la cuerda, pero tenemos que tener claro hasta dónde llegar".

Es decir, que el PNV confirma una vez más que se trata de un partido al que le gusta aquello de 'recoger las nueces' del árbol que otros mueven, como dijo en su día el difunto peneuvista Xabier Arzallus, en alusión a ETA y a su brazo político, Herri Batasuna. 

Y es que al PNV le interesa que Sánchez siga en el poder para seguir sacándole todo lo que puedan, en beneficio únicamente de 'los vascos y vascas', e importándole un comino el resto de los españoles. Ya lo dijo en su día el actual lehendakari, Imanol Pradales: "es la mejor manera de avanzar para que Euskadi reciba todas las transferencias”.

Las palabras de Maribel Vaquero pueden ser interpretadas, como siempre ocurre con el PNV, como: vamos a tratar de sacarle a Sánchez todo lo que podamos porque luego igual viene otro presidente y es más complicado.

El PNV es el partido más hipócrita y egoísta que ha pisado el Congreso español en toda la democracia.