Pepe, ¡qué error, qué inmenso error! Al final, el presidente de Planeta, don José Creuheras, ha permitido la jubilación, perdón, el paso a la vicepresidencia, del Ceo Silvio González y su sustitución por su segundo, Javier Bardají.

Silvio González es aquel que aseguraba a los periodistas que iba a luchar cosas como las siguientes: "a los empresarios no se les juzga, son creadores de riqueza". O sea, son intocables. Bardají piensa lo mismo y siempre le ha sido fiel a González, pero llevaba mucho tiempo intentando ser González. Además, es más ducho que Silvio en materia ideológica.

Ahora bien, lo sorprendente del nombramiento es que Bardají había recibido un toque del Consejo de Atresmedia cuando intimó demasiado con Telefónica Vídeo... para hacer cosas juntos. Alguna han hecho pero no todo lo que pretendían ni Bardají ni los mandos de Telefónica, que además, a través del inefable y omnipresente Miguel 'Cubanino' Barroso, director en la sombra de El País y la SER, pretendieron introducir en la ecuación a Vivendi.

Dicho de otra forma, sorprende un nombramiento que abre la vía a un acuerdo entre Atresmedia-Telefónica Vídeo. ¿Y esto no resultaría un éxito? Pues no para Planeta aunque a lo mejor sí para alguno de sus accionistas.

Atresmedia representa la bipolaridad del pensamiento actual: un canal progre de derechas y un canal progre de izquierdas en las mismas manos

El problema es que Atresmedia es mucho más pequeño que Telefónica Vídeo pero marcha mucho mejor: los editores de Antena 3, La Sexta, Onda Cero y La Razón ganan dinero mientras Telefónica Vídeo, mucho más grande, lo pierde.

El plan de Bardají, del que participa Sergio Oslé, aún mandamás de Telefónica Vídeo, consistía en unir la tele y las plataforma Movistar, que Bardají considera el futuro del mundo audiovisual. De ahí la apuesta por los canales temáticos de Atresmedia.

Ahora bien, insisto: lo que cuenta en una fusión no es la calidad sino el tamaño Y a lo mejor el equipo directivo de Atresmedia resucitaba Telefónica Vídeo (aunque lo dudo: no es lo mismo gestionar una televisión generalista que una plataforma de ficción y derechos) pero, en cualquier caso, ¿quién debería mandar en la resultante? ¿La pequeña o la grande? Además, la participación de Planeta se diluiría en cualquier tipo de resultante. 

Eso sí, para Telefónica que aún no sabe qué hacer con su división de Vídeo, la opción resulta interesante pero tampoco puede regalar lo grande a lo pequeño. 

Otro interrogante: Bardají es cuñado, asesor y defensor, de Carlos Torres, presidente del BBVA, a su vez principal accionista de Telefónica junto a Caixabank. ¿Verdad que da qué pensar de cara una posible unión entre Telefónica y Atresmedia?

Ideológicamente, que es lo importante, ¿significa algo el recambio de González por Bardají? Yo creo que no. A ver, Atresmedia representa la bipolaridad del pensamiento actual: un canal progre de derechas y un canal progre de izquierdas. Vicente Vallés frente a Antonio Ferreras. Ahora bien, habrá que recordar que, a día de hoy, el pensamiento no es de izquierdas ni de derechas, porque lo que existe es una derecha progresista, cada día más fuerte. El aparente pluralismo de Atresmedia, como todo pluralismo interno, no es otra cosa que bipolaridad o esquizofrenia.

Conclusión: la diferencia no está hoy entre la izquierda y la derecha sino entre el pensamiento progre y el pensamiento cristiano. A este último, Antena 3 le desprecia y La Sexta le persigue con saña.

¿Bardají cambiará algo este panorama de pluralismo interno? Ni un adarme.

Y por la tarde, lo ha confirmado la propia Atresmedia mediante un hecho relevante a la CNMV