La Junta Electoral Central ha deshojado la margarita y este jueves ha dictaminado que los electores también tendrán que acreditar su identidad cuando depositen el voto en la oficina de correos. De esta manera, para votar por correo será necesario enseñar el documento en dos ocasiones: cuando se solicita y cuando se deposita.

Si no puede acudir personalmente, el votante deberá otorgar una autorización para que otra persona pueda depositarlo, una autorización que deberá estar firmada y acompañada de una fotocopia del DNI o documento análogo.

La medida se aplicó en Melilla, en las elecciones del 28 de mayo, por las irregularidades registradas, incluido el robo de papeletas.

Sea como fuere, las peticiones de voto por correo se han disparado, de tal manera que Correos ha anunciado que contratará, al menos, a 10.000 personas como refuerzo. Y es que se podrían superar los dos millones de votos por correo, una cifra muy superior a los 1,4 millones alcanzados en junio de 2016, el máximo registrado hasta el momento.

Además, en su instrucción, la Junta Electoral ha decidido eximir de estar en mesa electoral a los ciudadanos que tuvieran las vacaciones contratadas antes del 29 de mayo, fecha en la que Pedro Sánchez convocó los comicios. El organismo, no obstante, aclara que esto será así “siempre que se asegure la integración plena de las mesas y que se acredite documentalmente la debida antelación del contrato, así como el perjuicio económico o trastornos graves alegados”.