Vladimir Putin es una bestia, pero tiene razón. Por contraponer, Joe Biden es una gelatina que no tiene razón alguna, por muy demócrata que sea. ¡‘Yayoyou' Biden no cree en nada o cree en todo, que viene a ser lo mismo! Es el representante más eximio de la ideología Woke, ni la moral cristiana ni la ley natural modelan su conciencia y su fe se queda en la práctica dominical, a ser posible con presbíteros que han perdido la fe, que profanan la eucaristía y que se dedican a predicar los cuatro tópicos de la ideología de género.

Ahora resulta que Putin ha sido encausado por la Corte Penal Internacional. Los progres dan grititos de alegría y ya se imaginan a don Vladimir detenido por un policía muy democrático que le lee sus democráticos derechos. Al parecer, no entienden que la tiranía de los jueces es aún peor que la tiranía de los políticos. El juez no se atiene ni a la moral ni a la ley natural, es decir, no se atiene a la justicia, sino a la legalidad. Incluso se dan ocasiones en las que los gobernantes se atienen a la justicia… ¡cuando perpetran ilegalidad! ¿O es que todas las leyes son justas?

La tiranía de los jueces es aún peor que la tiranía de los políticos. El juez no se atiene ni a la moral ni a la ley natural, es decir, no se atiene a la justicia, sino a la legalidad

En pocas palabras, la justicia es ciega, por eso es tan imperfecta. Que Putin esté en peligro de ser detenido en muchos países del mundo no es una buena noticia para la paz ni para la justicia. Y luego está la hipocresía de ‘Yayoyou’, claro está: Estados Unidos no ha firmado el Tribunal de La Haya pero, al mismo tiempo, se alegra de que un tribunal no reconocido por él mismo, por Washington, declare en búsqueda y captura a un tal Vladimir.

La orden de captura contra Putin bloquea cualquier iniciativa de paz y abre la puerta a la tiranía de los jueces, la peor de todas las tiranías

Lo que debe hacer un líder europeo o americano es atraerse a Vladimir Putin al Occidente del que forma parte. Pero claro, eso debe hacerlo un líder consciente de que el cristianismo es la raíz que ha forjado Occidente y que es maestra del mundo entero. Y ahora mismo europeo no encuentro ningún líder cristiano, con la posible excepción del polaco Morawiecki, el húngaro Orban o la italiana Meloni, los tres a los que la democristiana Von der Leyen, espejo de la actual Europa, considera ‘ultras’. Los que imperan son los Macron, los ‘Yayoyou’, o los Sánchez de turno, mucho menos occidentales que Vladimir Putin.