Angustia, deseos inquietos, impaciencia,
ante la injusticia personal y social,
que el corazón humano puede crear.
Siglos de convivencia entre los hombres
y, ¡tanto odio, destrucción y fanatismo!
Son las sombras de este nuestro mundo,
acumuladas, en ojos que ver no quieren,
y en corazones, que amar no quieren
 
Bienes de la tierra, entre pocos repartidos,
de la cultura, encerrados en cenáculos,
fuera, hambre de sabiduría y pan.
Sin amor, sombras de este mundo son;
vidas humanas, como simples cosas,
números de una estadística tratada.
 
Ninguna vida humana, es vida aislada,
que es vida, con otras entrelazada.
Ninguna persona es un verso suelto,
escrito está, con gran divino amor,
y el concurso de nuestra libertad plena,
y es verso divino, de un mismo poema.