La medianoche está al caer,
el silencio, ahora reina,
se escuchan pasos lentos
de una joven nazarena;
que avanza, encinta,
del brazo de su esposo,
y el establo buscan a tientas,
y dar a luz al rey de las estrellas.
 
Mujer y hombre, nazarenos
liberados, del todo,
lo que eclipsar pudiera,
la verdadera riqueza
del creador, que elige
la privación del todo,
y, de esta forma enseña,
lo que de verdad cuenta.
 
Virtud de la pobreza,
que no se identifica,
con la material pobreza;
es disposición que modera
con los bienes su relación,
y que el pobre de corazón
viva y disfrute de ellos,
sin ser esclavizado por estos.
 
Es el reino de los pobres,
do lo material, lo justo, cuenta,
y lo de “pobres de espíritu”
encierra una advertencia:
“Ay de vosotros…”, ¡qué severa suena!
Y la avidez por poseer, nos lleva
a pensar que la prosperidad,
y el confort, clave son, de felicidad.