Un soneto me manda hacer Eulogio:
vivimos en la época del metaverso,
y pocas ideas se expresan en verso,
y se escribe con mucho circunloquio.

Vergüenza, de verecundia viene,
de la propia dignidad, es estimación,
y el mentiroso oficial de la nación
la desconoce, porque no la tiene.

Así entro en el primer terceto
y del tal, denuncio el descaro
de acusar a otros, de lo que él carece,
 
de incumplir lo que él no obedece,
y por lo que ya fue sentenciado;
y por terminando, doy el soneto.
 
J. R. Pablos