Tras el 23-J, Pedro Sánchez, artista del cinismo, ha comenzado su nuevo paripé para mantenerse en el sillón de Moncloa otros cuatro años. O al menos, lo necesario para enlazar con el cargo de presidir la Comisión Europea en mayo de 2024.

La sesión del jueves 17 de agosto en el Congreso de los Diputados ha sido genial: el paripé continúa. RTVE, la voz de su amo, anunciaba que el acuerdo entre el PSOE, Junts y ERC fue ‘in extremis’. Fíjate: ¡y yo que pensaba que el acuerdo entre Sánchez y los orcos de Mordor estaba cantado desde el primer asalto!

Oiga y sin necesidad de que antes, Puigdemont montara el numerito y hablara, sin citarle, de las mentiras de Sánchez... pero, miren por donde, el acuerdo fue totalmente ‘in extremis’: se llegó a un acuerdo para que la socialista Francina Armengol presidiera el Congreso de los Diputados y mostrara su compromiso con los idiomas castellano, catalán, gallego y vascuence. 

Y Feijóo insiste en aquello que le hizo perder las elecciones en dos semanas: sus injurias gratuitas a Vox, que no tendrá hueco en la Mesa del Congreso por el veto del PP

Es decir, el paripé continúa: el PSOE dispuesto a cederlo todo, lo que haga falta, amnistía y referéndum incluidos, y los cuatro espectros del anillo (Junts, ERC, PNV y Bildu) saben que sin Sánchez no podrán seguir mangoneando en las sombras ni haciendo daño a todos los españoles que no sean los suyos. 

De presidente del Congreso, nada menos Francina Armengol, una majadera indepe -Els Països Catalans- que ha permitido y propiciado la pederastia más repugnante en el Gobierno de Baleares, cuestión esta de la que no se habla en público; no es políticamente correcto, sino propio de fachas.

Esto es bello e instructivo, Albertiño, porque lo mismo te ocurrió el 23-J, sobre todo en los 10 últimos días de campaña: aléjate de Vox, te dijeron y tú obedeciste... y a medida que te alejabas de Vox se acercaba el PSOE

Pero no, el culpable de todo lo que ocurre en España no es Pedro Sánchez Pérez-Castejón: son los casi ocho millones de españoles que le votaron el 23-J. Demasiados españoles votando a un miserable convierten a España en un país de miserables. Hace cuatro años podían haber tenido la excusa de la ignorancia. Ahora no la tienen.

Y por cierto, como fin de fiesta, Feijóo insiste en aquello que le hizo perder las elecciones en dos semanas: sus injurias gratuitas a Vox. Los de Abascal no tienen sitio en la Mesa del Congreso, porque el PP se ha negado a facilitarlo: quiere mantener distancias con los ultras. Y esto es bello e instructivo, Albertiño, porque lo mismo te ocurrió el 23-J, sobre todo en los 10 últimos días de campaña: aléjate de Vox, te dijeron y tú obedeciste... y a medida que te alejabas de Vox se acercaba el PSOE.