Achim Steiner, administrador del PNUD, advierte el rápido impacto en la pobreza que está teniendo la inflación, mayor que el de la crisis del Covid
La ONU, cómo no, también apuesta por la proletarización progre, que entre otros, están impulsando socialistas y podemitas en España, por ejemplo, con el famoso Ingreso Mínimo Vital (IMV) o el cheque de 200 euros antiinflación, entre otras medidas. Es decir, prefiere ayudar a los más vulnerables y también a los vagos, en lugar de a todos los ciudadanos.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha presentado un informe donde señala que la inflación (principalmente el alza de precios de alimentos y energía) ha llevado a 71 millones de personas a caer en la pobreza en tres meses. Un impacto mucho más rápido que el de la crisis del Covid-19, según el administrador del PNUD, Achim Steiner. Algo que se podría agravar porque a la inflación se une una difícil situación fiscal en muchos países y la subida de los tipos de interés, y ojo, porque hay riesgo de recesión global.
Ante todo esto, la receta de este programa de la ONU es transferencias directas de dinero a los más vulnerables, algo en lo que también se incluye a los vagos que prefieren vivir de estas ayudas a trabajar (algo que en España se conoce bastante). Sin embargo, a la ONU no le gustan los subsidios a la energía, porque considera que pueden ayudar a corto plazo, pero aumentan la desigualdad a largo plazo y también la crisis climática (ya saben, su gran dogma), según George Gray Molina, autor del informe del PNUD. Esto último le habrá gustado mucho leerlo a la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, que es gran amiga de todo lo verde. Al PNUD tampoco le gustan las subvenciones a la energía (entre ellas, estaría la que se da en nuestro país en carburantes) porque cree que beneficia de forma desproporcionada a los más ricos y cree que las ayudas directas son mejores para apoyar a quien realmente lo necesita. Es decir, prefiere ayudar sólo a unos pocos que a todos, entre los que están principalmente empresarios, transportistas y la clase media en general, no los más ricos, como argumenta; y ojo, porque las ayudas directas no sólo las están recibiendo los pobres, también se están convirtiendo en un alimenta-vagos, como se puede ver en la España de Pedro Sánchez.