España es un país abierto, dictaminó Pedro Sánchez en la Cumbre de la UNESCO celebrada en Barcelona, lo que me recuerda la profunda sentencia de Chesterton: "tener la mente abierta es como tener la boca abierta: un signo de estupidez. La mente, como las mandíbulas, solo se abre para cerrarla de inmediato sobre algo consistente".
Sánchez sacó a relucir también lo del multilateralismo y, conforme a su estilo castrista, repitió el término una y otra vez durante su intervención.
El multilateralismo fue un concepto inventado por la tiranía comunista china para justificar su conversión en la potencia mundial y venenosa en que hoy se ha convertido.
Y es que, con la caída del Muro se pasó de un mundo bipolar, con perdón, un mundo en Guerra fría que pudo ser caliente, a un mundo donde el Occidente libre había derrotado al comunismo, pero le derrotó en Europa, no en Asia, donde siguió expandiéndose y con mas crueldad cada día.
Fue entonces cuando los neocom (con 'm' de comunista, no con 'n' de conservador) comenzaron a mostrarse a lo podemita mientras sembraron uno de los grandes males del siglo XXI: el pensamiento único.
Estamos ante el neocomunismo: de trata de llegar al poder, no mediante la revolución violenta, mucho más noble, sino mediante la ingeniería socio-mental
Bajo la coña de multilateramismo, se hace realidad la acusación de Donald Trump a Europa utilizando el ejemplo del Sanchismo: ¿España forma parte de los BRICS?
Con el multilateralismo estamos ante el neocomunismo: se trata de llegar al poder, no mediante la revolución violenta, mucho más noble, sino mediante la ingeniería socio-mental del pensamiento único, bajo algunos mantras entre los que destaco este: el que discrepa de mí es un ultra y, por tanto y en nombre de la democracia, hay que silenciarle.
El extremismo de izquierda no existe, sólo el de derechas y cuando lleguemos al poder no suprimiremos las elecciones sino que las manipularemos, toda vez que hayamos suprimido cualquier discrepancia con los delitos de odio, que implican penas de cárcel para el que no esté de acuerdo conmigo.
En resumen, la Cumbre de la UNESCO en Barcelona ha servido para que don Pedro dé un nuevo salto en el vacío: ahora vende multilateralismo. En Asturias diríamos: ¿y eso que yé, oh?
Además, sinceramente, no resulta una táctica muy inteligente, porque no deja de ser una vía para introducir el comunismo chino y el panteísmo hindú en el Occidente libre... para que deje de ser libre.
Mi única duda es por qué Pedro Sánchez juega a este juego, sabedor de lo que provoca -en cuyo caso es un miserable- o no sabe a qué está jugando y sólo pretende hacerse notar, ahora que su imagen internacional se ha deteriorado. En este caso, es un tonto útil de China Xi Jinping.












