El delegado de Gobierno en Madrid, Francisco Martín, arremetió contra los de la bandera en la pulserita, en referencia, claro, a la enseña de España. Esos eran los fachas. Apenas una semana después, Pedro Sánchez asegura que retirar -más bien no colocar- la bandera LGTB en un edificio público era retroceder "veinte años" en derechos. 

Como en la viñeta, ¿en qué quedamos? Las banderas son importantes o no lo son, pero no dependiendo de mis filias o de mis fobias.