Perro pastor
El viejo Esopo nos dejó está fábula: "Los perros hacían de centinelas, guardando a las ovejas y las defendían de la voracidad de los lobos. Conociendo esto, los lobos, enviaron mensajeros a las ovejas, diciendo que querían paz con ellas, y que para la común seguridad de ambos colectivos, proponían un canje de rehenes: ellas darían los perros a los lobos y ellos entregarían a sus propios hijos a las ovejas. Las ovejas aceptaron y así, los perros pasaron a poder de los lobos y los cachorros de los lobos a poder de las ovejas. Creyeron éstas que, de este modo, vivirían en perpetuo sosiego y tranquilidad, pero sucedió muy al contrario. Pocos días después, los hijos de los lobos, viéndose separados de sus madres, empezaron a aullar y los lobos, que habían ya degollado los perros mientras dormían, corrieron a socorrerles y se echaron sobre las ovejas, bajo pretexto de haber roto el tratado de alianza y haber maltratado a sus hijos. No teniendo ya la defensa de los perros, fueron despedazadas".
Moraleja de la fábula: nunca se debe poner en poder del enemigo lo que constituye la propia defensa.
Les explico: las ovejas traicionaron a los fieles perros y por esa deslealtad no sólo merecieron el infierno en la otra vida sino que perdieron su vida... en esta vida.
El señor Alberto Núñez Feijóo está traicionando, igualito que su paisano Rajoy, los principios fundacionales del Partido Popular y convirtiéndose en rehén de la ideología de género, enseña y pendón de don Pedro Sánchez. No sé si al gallego (Feijóo, no Rajoy) le aguantará el engaño hasta el 24 de julio, pero de seguro que acabará despedazado... por traicionar sus principios. Cuando el presidente de la derecha española habla de derecho al aborto, en lugar de los derechos del más inocente y más indefenso, el concebido y no nacido, se está comportando como las ovejitas de Esopo: está jugando en el campo del adversario... y Sánchez le puede ganar el partido. Porque esos antivalores son 'copyright' de la izquierda y tan sólo un postizo en la derecha. Al menos, todavía. Me temo que, en breve, la ideología de género puede convertirse en patrimonio de la derecha pepera.