Estoy harto, como supongo media España, de escuchar los actos y fastos organizados tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, Insisto, una reina cuyo larguísimo reinado ha coincidido con la degeneración definitiva del pueblo del Reino Unido de la Gran Bretaña. 

Es la diferencia entre un país de ladrones (Reino Unido) y un país de envidiosos (España)... y entre un país de listillos y un país de idiotas

La conclusión de nuestros medios se resume así: Isabel II fue una gran reina. Juan Carlos I, un ladrón. 

Y en parte es cierto: la reina de Inglaterra fue una de las mayores fortunas del mundo por su cuna, un regalo de muchas generaciones de británicos mientras que Juan Carlos I, una dinastía desheradada en distintos momentos de su historia y, sobre todo, desposeída de su patrimonio por la II República. El padre de Felipe VI fue un rey mendicante que se vio obligado a sobrevivir y que, al final cometió el error de abdicar. La fallecida Isabel II es uno de las mujeres más ricas del mundo, que explota un negocio multimillonario que va mucho más allá de su papel como jefe del Estado y que ningún gobierno británico se ha atrevido a tocar ni lo más mínimo. El presupuesto de algunos de sus barcos, no digamos nada de sus palacios, supera el presupuesto anual de la Casa Real española. Y nadie se escandaliza. Pero el ladrón, según el propio Gobierno español, es Juan Carlos I.

La diferencia entre España y Reino Unido: en España hay delincuentes fiscales y, sobre todo, pillos fiscales. En Reino Unido normalizan el fraude y lo hacen casi legal en paraísos fiscales

Es la diferencia entre un país de ladrones (Reino Unido) y un país de envidiosos (España)... y entre un país de listillos y un país de idiotas.

La diferencia entre España y Reino Unido: en España hay delincuentes fiscales y, sobre todo, pillos fiscales. En Reino Unido normalizan el fraude y lo hacen casi legal en paraísos fiscales.