Leo en un diario: "la guía del CGPJ sobre casos de violencia machista choca con el interrogatorio a Elisa Mouliaá. El Consejo señala en su manual que 'en situaciones así, la víctima no puede sentirse humillada de nuevo' y no debe cuestionarse 'la veracidad de su relato'".

¿Y por qué no? La principal función de un juez, ¿acaso no es comprobar la veracidad del relato de acusador y del acusado? De otra forma, ¿cómo va a juzgar con justicia?

La cuestión también gravita sobre el caso Errejón y sobre sobre el exageradísimo caso del expresidente de la Federación Española y de la futbolista Jenny Hermoso. Nunca se habló tanto de un pico en España.

Si le hubiéramos dado una bofetada al indecoroso Rubiales, por grosero, la cosa se habría quedado donde debió quedarse. Peor ahora tenemos aun país entero pendiente del asunto, ni habría un señor que por una grosería puede entrar en la cárcel por 2,5 años. 

En cualquier caso, una mujer puede mentir como puede mentir un hombre. El verdugo puede mentir como puede mentir la víctima, sea varón o mujer.