• Lo malo no es la exhortación postsinodal sino su interpretación.
  • Y lo mal que se entiende el continuo de la misericordia. Un continuo que comienza con Faustina, la mística polaca muerta en 1938. 
  • Y que termina, por ahora, con el año de la Misericordia. En medio, Wojtyla y Ratzinger.
Benedicto XVI no se opone a Francisco: le respalda. Todo lo contrario: le apoya y defiende. ¿Que la exhortación postsinodal 'Amoris Leatitia' es ambigua? Puede pero en nada cambia la doctrina de la Iglesia, que sigue siendo la misma: no se puede comulgar en pecado mortal. ¿A que nos entendemos todos? Y todo esto dentro del año de la Misericordia. Miren ustedes, no existe contradicción entre Juan Pablo II (mi favorito, nunca lo he ocultado), Benedicto XVI y Francisco. Y más en este punto. Hablamos de un continuo que comienza con la mística polaca Santa Faustina Kowalska, fallecida en 1938; su discípulo, Juan Pablo II, el hombre que preparó al mundo para la Segunda Venida de Cristo y que canonizó a la autora del Diario de la Divina Misericordia; y Benedicto XVI sale ahora en defensa de Francisco, quien ha convocado el año de la Divina Misericordia. Un continuo entre tres pontificados. Los tres papas son muy distintos, pero los tres son de Dios. Ahora bien, el problema del Sínodo de la Familia son las interpretaciones. Eso sí es grave. Y hay que responder lo de siempre: la primera misericordia contra el profanador es evitar que profane. No, no hay antipapas entre los tres últimos papas. Y algún tradicionalista haría bien en no arrinconar a Francisco, no sea que se encuentre con lo que no contaba. Francisco cometió el error del Sínodo de la Familia, pero es un gran Papa, llamado al martirio, en unos tiempos oscuros que ya han comenzado. Eulogio López eulogio@hispanidad.com