- Ergo, siempre la tendrás enfrente, Donald.
- Al romper con Putin, te has disparado en el pie.
- Como en Siria, te has equivocado de enemigo, que es más peliagudo que equivocarte de amigo.
- Pekín no puede doblegar a Pyonyang, salvo destruyéndola.
- Y no quiere destruirla. Quiere destruir a Occidente.
- No es ningún ejemplo: sólo el hermano más poderoso y de la misma raíz atea.
"
La relación que tengo con China ya ha sido alabada como algo muy especial, algo muy diferente a lo que habíamos tenido". Estas palabras de
Donald Trump (
en la imagen junto a Xi Jinping),
y su actitud desde hace veinte días (de los 100 que lleva en la Casa Blanca), revelan mucho y todo lo malo.
Trump, presionado por el
Nuevo Orden Mundial (NOM), ha cambiado de aliado y ya no quiere a Rusia sino a China. ¡Qué error, qué inmenso error!
Donald, te lo voy a explicar para que lo entiendas: Rusia es cristiana, como tú, o al menos
de origen cristiano; China es atea, de origen panteísta y que, sin abandonar el maoísmo ateo, se ha apuntado al capitalismo materialista.
Todo ello bajo la fórmula de "un país dos sistemas", es decir, un país atado a dos sistemas lamentables.
Rusia, que viene del marxismo ateo,
ha recuperado su viejo espíritu cristiano. Lo que, a lo mejor es necesario precisarlo, no significa que Putin sea un santo:
significa que tiene tus mismos pecados pero que no niega el pecado.
Tu alabado
Xi Jinping sí lo hace. No se ha convertido al cristianismo, es decir, a la humildad de vida, sino que
ha montado el capitalismo económico sobre el comunismo político, algo así como echar fuego a la gasolina.
Por tanto, querido Donald,
deja de hacer el idiota. Jinping no puede terminar con Corea del Norte destruyéndola, porque
la relación entre tiranos se rige por la ley de la fuerza. China siempre preferirá utilizar Corea del Norte, un asesino majadero, para destruir a quien realmente quiere destruir, que es a Occidente.
Has roto con Putin y presumes de amistad con Jinping. Tendrás tiempo de arrepentirte de ambas decisiones. Al chino siempre le tendrás enfrente, sobre todo cuando le tengas al lado. Te has pegado un tiro en el pie y estás donde te querían los enemigos de la civilización cristiana.
Has hecho con China lo mismo que con Siria: equivocarte de enemigo, que es más peligroso que equivocarse de amigos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com