- Cuatro palabras que dan sentido a la existencia y una razón para vivir.
- Faustina Kowalska, como todas las innovadoras del alma, no dijo nada nuevo: sólo recordó lo olvidado.
- Es decir, que el hombre sólo puede realizarse cuando se abandona, confiado, en las manos de Dios.
- Y en 2016 toca, además, el Año Santo de la Misericordia: doble indulgencia plenaria.
- Indulgencia: Confesar, comulgar, hacer la profesión de fe, el Padrenuestro y rezar por el papa actual.
- Y es que el Papa Francisco, llamado al martirio, sabe leer los signos de los tiempos.
- "La misericordia de Dios supera el pecado del hombre", asegura Francisco, en la sabiduría de lo que hoy ocurre en la Iglesia.
- Urge aprovechar este domingo 3 de abril de 2016. ¿Para qué? Para volver a empezar, naturalmente.
"
Calla cuando no quieran reconocer tu verdad, ya que así eres más convincente". Son palabras de
Santa Faustina Kowalska, a quien
Hispanidad ha dedicado los 30 artículos ahora en la red
y que pueden leer aquí. Pero, al parecer, debía callar… sólo después de hablar, a tiempo y a destiempo. Es decir, una vez cumplido el deber de hablar, y como todo lo que viene de Cristo, la libertad humana puede despreciarlo. Hablar si, insistir no.
Un día tal como hoy, hace 11 años,
sábado dos de abril, ya en la festividad litúrgica de la Divina Misericordia (se celebraba al día siguiente) moría
Juan Pablo II, en 2005. En 2016, el Domingo de la Divina Misericordia cae, de nuevo, en 3 de abril. Y resulta que el Pontificado más fecundo de la historia moderna, el de
Juan Pablo II, no se comprende sin el misticismo de aquella monja polaca sin estudios, llamada Kowalska, hija de unos campesinos impecunes de la Polonia de entreguerras. Su
Diario de la Divina Misericordia, se ha convertido en un hito de la literatura ascética del siglo XX.
Pues bien,
cinco años antes de su fallecimiento, San Juan Pablo II había proclamado Santa a su compatriota Faustina que, como todas las innovadoras del alma, no dijo nada nuevo sino que recordó lo que estaba olvidado:
el hombre sólo puede realizarse cuando se abandona, confiado, en las manos de Cristo. Todas las grandes devociones de la historia (Sagrado Corazón de Jesús, por ejemplo) y todos los grandes místicos de la historia, así todos los grandes fundadores… coinciden en un programa de vida que la polaca Faustina, fallecida en 1938, resumió en este programa de vida: "Jesús, en ti confío", un 'eslogan' inserto en
los retratos de la Divina Misericordia, que aconsejo tener en el hogar.
Cuatro palabras que resumen una cosmovisión y que dan sentido a una existencia y facilitan un plan, el único plan, que puede saciar una vida.
Total, que desde el año 2000,
Kowalska, quien por varias décadas estuvo bajo interdicto del Vaticano -no exactamente condenada pero casi- es rehabilitada en 1978, canonizada en el 2000 y en esa misma fecha-fin de siglo,
San Juan Pablo II promulga la nueva festividad litúrgica de la Divina Misericordia, que se celebra el domingo siguiente al de Pascua. La única nueva festividad de la Iglesia actual, que yo recuerde.
Dotada con
indulgencia plenaria total, es decir, de pena y de culpa, para quien cumpla los requisitos habituales:
confesar (siete días antes o siete después del domingo después de Pascua, comulgar, rezar el Credo y el Padrenuestro y rezar por el Papa).
Hace 50 años no hubiera resultado necesario recordar las condiciones de una indulgencia, de ese volver a empezar que implica la indulgencia plenaria, o sea, un derroche de gracia, pero hoy me temo que sí.
Y en 2016, además, el
Papa Francisco recoge el guante de
Santa Faustina que pone en marcha el
Año Santo de la Misericordia al grito de una proposición, una idea, una propuesta, que pone el broche de oro a toda la mística kowalskiana. Ahí va: "la misericordia de Dios es más fuerte que el pecado del hombre". Sólo le ha faltado añadir… afortunadamente.
Este Papa actual, llamado al martirio, sabe lo que se trae entre manos.
Para mí que no deberíamos despreciar esta fecha de domingo 3 de abril de 2016. ¿Para qué? Para
volver a empezar, naturalmente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com