No podemos perder de vista, que al actual astado se le expulsó del ruedo y que en vez de rematarlo lo dejaron suelto. El resultado: volvió al ruedo resabiado y consiguió hacer lo que no le dejaron antes, y por lo que le expulsaron
Se ha hecho la faena de capote, elecciones de Madrid; a continuación la de picar y banderillear, elecciones en Castilla-León; y por último la faena de muleta, elecciones en Andalucía, de manera brillante y sobrada de lucimiento. Ya tenemos al toro que se ha ido arrimando a tablas y está cuadrado, solo falta introducir el estoque en la cruz. Y si no bastase para que redondo cayera, rematar la faena con el verduguillo descabellándolo.
¿Será capaz el PP de rematar la faena ya, y librarnos de quien últimamente no hace más que dar embestidas e ir destrozando la nación cada día que pasa? El respetable, ya ha dado su opinión y juicio de forma contundente, en el ruedo del que durante décadas ha sido dueño el astado.
¿O va a hacer como el sobresaliente Rajoy, y los monosabios del PSOE: no solo dejar vivo al morlaco, sino curarlo y volver a darle tiempo y vida, con el resultado de estos últimos cinco años vividos?
No podemos perder de vista, que al actual astado se le expulsó del ruedo y que en vez de rematarlo lo dejaron suelto. El resultado: volvió al ruedo resabiado y consiguió hacer lo que no le dejaron antes, y por lo que le expulsaron.
Hay pues, que ejecutar la muerte suprema: acusarle (art. 102 de la Constitución) de atentar contra la seguridad de la Nación, y alta traición al dejarse chantajear, y sacarlo del ruedo político para siempre jamás. Si el PP no lo hace, las alegrías de hoy se convertirán en las lágrimas y el sufrimiento del mañana.